La Comisión Antilavado busca transparentar las cuentas de las ONGs, según anunciaron tras una campaña mediática agresiva que, a través de fuentes dirigidas, busca desacreditar el trabajo parlamentario para que todo siga igual con sumas multimillonarias blindadas a la luz pública.
A todo vapor, empresas dedicadas al negocio del periodismo y solventes empresarios oenegeros lanzan alaridos de protesta y exponen paranoicas acusaciones que buscan poner contra la pared a la Comisión Bicameral contra el Lavado de Dinero, que ha sancionado una ley especial para controlar las cuentas millonarias de organizaciones no gubernamentales y “sin fines de lucro” instaladas como hongos en Paraguay que quieren mantener en el anonimato sus datos e informes para que solo ellos conozcan detalles del lucrativo negocio llamado ONG.
Los grandes holdings mediáticos del Paraguay se han involucrado en la misión de ningunear y sacar autoridad parlamentaria a la Comisión Antilavado, que imprime trámites para reclamar documentos a unas 6.000 organizaciones civiles que pululan desarrollando variadas actividades supuestamente en beneficio del país y la gente, pero poco o nada se sabe de resultados más que las abiertas campañas proselitistas realizadas en las pasadas elecciones nacionales, cuando las ONGs se convirtieron en PC de la junta líbero-zurda, afín a los intereses del globalismo perverso y degenerado propugnado por una agenda internacional a cambio de pingües ganancias, según el informe manejado por la CBI.
Los globalistas, atrincherados detrás de los medios amigos, afirman que el Estado paraguayo no tiene autoridad constitucional ni moral para reclamar documentos a organizaciones civiles que, por su lado, declaran informes particulares ante otras instancias oficiales de supervisión y control.
Sin embargo, la CBI señala que la Constitución Nacional sí le da atribuciones para garantizar la transparencia en las operaciones de todas las organizaciones civiles que reciben recursos del exterior en el contexto del control de las fuentes del lavado de dinero.
Sendos holdings mediáticos vienen desarrollando una agresiva campaña contra la CBI en la búsqueda desesperada de que todo siga igual, señalaron este martes fuentes de la satanizada comisión abordadas por La Mira.
“Lo que pocos saben es que estas empresas de comunicación, que se presentan ante el colectivo público como transparentes y democráticas, tienen muchos trapos sucios que queremos exponer a la luz del sol para que la gente saque sus propias conclusiones y la justicia haga eventualmente su trabajo en la persecución de la ilegalidad”, disparó nuestro informante.
De acuerdo a los datos, uno de los grandes holdings vinculados al efranismo y, por aproximación, a la zurda y el abdismo unidos en mancomunión de intereses contra el cartismo, enfrenta acusaciones de presunto lavado de dinero proveniente del narcotráfico que se niega a aclarar con documentos sino busca desacreditar los cargos con municiones verbales de grueso calibre, para lo cual acude a fuentes arteramente entresacadas de la fauna política y judicial que claman por aparecer como estrellas mediáticas.
El otro medio masivo hace décadas está vinculado al contrabando en gran escala, y en todos estos años ha manejado una política de apriete formidable que le permitió manejarse fuera de la ley, para lo cual también cuenta con una estructura de poder contra el poder amoldado a los exclusivos intereses de su dueño, que emerge campante en la riqueza y la impunidad.
“Ahora dicen que estamos en tren de perseguir a la prensa. Solo en la pasada campaña política hemos leído algo tan delirante que raya en la paranoia”, disparó nuestro informante de la CBI tras señalar que los oenegistas y amigos no han presentado ningún documento o prueba de que la libertad de prensa esté en riesgo en Paraguay.
“Para ellos, los aliados globalistas, la campaña ideológica continúa sin pausas desde tiempos del electoralismo del año pasado”, recalcó nuestra fuente.