El titular del Indert se jacta de tener la bendición de Santi Peña, pero en vez de honrar el cargo discrimina a la gente, cierra las puertas al diálogo y, a través de comunicadores funcionales con salarios de primer mundo, presenta un falso perfil de proactivo.

El Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) se ha convertido en un búnker inexpugnable de inoperancia que perjudica al propio funcionariado y a millares de familias vulnerables del país y acrecienta el malestar de quienes pretenden cumplir con las leyes nacionales en materia de regularización de tierras fiscales para emprender actividades, si no lucrativas, por lo menos para no pasar hambre, señalaron afectados contactados por La Mira.

El blanco de las críticas se concentra en el presidente del Indert, Francisco Ruiz Díaz, a quien acusan de carecer de formación, capacidad y experiencia para el ejercicio del cargo, con resultados que están a la vista.

“Este presidente no le atiende a nadie, no quiere abordar ninguna situación o propuesta de personas u organizaciones que se acercan al Indert en busca de solución a su problema de tierra”, afirmó Patrocinio Pedrozo, poblador de un asentamiento de San Pedro que realizó el largo periplo hasta Asunción sin ningún resultado.

La mayoría de las personas abordadas sobre su situación coinciden en expresar el ambiente de inseguridad, escepticismo y dudas sobre el accionar del Indert, con un presidente que, según señalan, está más tiempo afuera que dentro de la institución.

“Se pasa viajando, obligando a sus asistentes a mentir y, lo peor, dejando que humildes campesinos con deseos de legalizar sus tierras retornen a sus hogares con las manos vacías”, disparó otro indignado.

En frente del Indert en el microcentro de Asunción se encuentran acampadas familias provenientes del Departamento de Caazapá desde hace más de dos meses, lapso en el cual solicitaron dialogar con el Prof. Ruiz Díaz, quien en todo este tiempo les ha cerrado las puertas, negándose a recibir a los representantes de la organización campesina presente en el lugar con el argumento de que el mismo nada tiene que hablar con los que recurren a la fuerza para obtener reivindicaciones.

“Estamos acá con nuestras esposas e hijos tirados a la intemperie y pendientes de la ayuda ciudadana para sobrevivir”, comentó un campesino tras disparar municiones verbales contra Ruiz Díaz, al que acusó de ser un hombre insensible, improvisado, colérico y expuestamente discriminativo.

“Inventa viajes para no atender a la gente”, susurró un funcionario del Indert luego de que campesinos con deseos de dialogar con el presidente del ente se quedaron una vez más en el intento.

Los asistentes de Ruiz Díaz señalan que su jefe tiene que viajar obligatoriamente a lugares que requieren su presencia en el contexto de la regularización de tierras.

Denuncias internas de despilfarro de fondos públicos con contrataciones de funcionarios a medida, entre ellos en el área de comunicación, a más de una rara política de «puertas cerradas» para atender cuestiones del funcionariado, jalonan la lista de quejas contra Ruiz Díaz, quien se jacta de contar con la bendición del presidente Santi Peña mientras, del otro lado, se presenta ciego, sordo y mudo para atender los reclamos de regularización de tierras de familias campesinas.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *