
Ostfield no solo se hizo amigo del alma de Marito sino escondió arteramente los negociados del expresidente y ambos manejaron el mismo libreto para perseguir a Cartes, originando una injerencia diplomática sin precedentes que no debe quedar impune, sostiene el diputado oficialista.
La soberanía paraguaya no se negocia desde ningún punto de vista, por lo que todo acto de traición debe tener sus consecuencias establecidas en las leyes de la República, afirmó contundente el diputado oficialista Rodrigo Gamarra a través de las redes sociales, tras hacerse eco del culebrón generado estos días luego de revelarse detalles sorprendentes y perturbadores que, según las fuentes, pruebas el vínculo con perfil de maridaje sostenido a tambor batiente por el expresidente Mario Abdo Benítez y el exembajador estadounidense acreditado ante nuestro país, Marc Ostfield.
Gamarra se explayó con vehemencia específicamente con respecto a la filtración del documento confidencial enviado por el embajador -presentado en sociedad como esposa de un compatriota suyo- al poderoso Departamento de Estado de Estados Unidos.
“La soberanía no se negocia y la traición tiene consecuencias”, expuso a través de cuenta en X, luego de sostener que la naturaleza de su fuerte acusación se basa esencialmente en “la persecución política que por años realizaron en contra del movimiento Honor Colorado” con fines exclusivamente electorales para sacar del ruedo la figura del expresidente colorado que venía con grandes chances de que el candidato del movimiento, Santiago Peña, ganara las elecciones por amplio margen, como de hecho ocurrió.
Gamarra sostiene en su escrito que de hecho existió una alianza perversa entre el embajador y el expresidente Mario Abdo Benítez para operar políticamente en nuestro país, desatando una persecución abierta contra el expresidente Horacio Cartes.
“Este informe, publicado por organizaciones como Distributed Denial of Secrets y replicado por medios internacionales, deja al descubierto una injerencia diplomática sin precedentes”, afirmó el legislador en publicaciones del diario La Nación, de Asunción, vinculado al oficialismo en el poder.
El diputado añadió que “Ostfield defendió públicamente a Abdo como aliado estratégico, encubrió sus negocios millonarios e impulsó sanciones económicas con fines políticos”, y calificó este hecho como “intervención, conspiración y delito, que atentan contra la Constitución paraguaya”.
En publicaciones de La Nación, Gamarra sostiene sin embages que lo hecho por Ostfield “no es diplomacia, sino intervención, es conspiración y es delito”, recordando que el artículo 137 de la Carta Magna del Paraguay declara nulos de nulidad absoluta todos los actos contrarios a la Constitución Nacional, mientras la Convención de Viena prohíbe taxativamente a los embajadores inmiscuirse en los asuntos internos del país receptor.
Gamarra dijo que las traiciones de Marito y Ostfield contra la seguridad del Estado paraguayo ameritan una denuncia penal y diplomática, respectivamente.
“Por tanto, el exembajador Marc Ostfield es pasible de ser denunciado penal y diplomáticamente. Y quienes colaboraron, desde medios (sicarios) y con sectores del Estado, tampoco están lejos del delito. La verdad una vez más salió a la luz”, sentenció el diputado oficialista.