La estigmatización de la persona negra, lejos de blanquearse con el paso del tiempo se oscurece en Estados Unidos, donde una nueva muerte racista genera oleada de protestas y enciende nuevamente el debate. (Foto: El periódico, de España).

Donald Trump, polémico presidente de Estados Unidos, no deja de sorprender en negativo. Este fin de semana ha generado olas de indignación y críticas luego de que utilizara su cuenta social para sugerir el uso de armas para contrarrestar las violentas manifestaciones que se realizan a diario en la ciudad de Mineápolis, Estado de Minesota (extremo norte, frontera con Canadá), en protesta por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la policía.

“Cuando comienzan los saqueos, comienzan los disparos”, posteó Trump en su cuenta de Twitter, aunque más tarde se contradijo afirmando que desconocer que la frase provenía de un policía blanco encargado de reprimir las protestas de los afroestadounidenses en su lucha por los derechos civiles en los años 60, publica este sábado BBC Mundo.

El diario expresa que el tuit fue ocultado por Twitter por “glorificar la violencia” al llamar delincuentes a los manifestantes.

En EE.UU. las personas negras tienen casi tres veces más probabilidades de morir a manos de la policía que las personas blancas, expresa BBC Mundo tras observar que algunos casos han estremecido la opinión pública.

“Si la muerte de Floyd destaca estadísticas preocupantes sobre homicidios policiales en Estados Unidos, en Estados Unidos también han causado indignación otros casos en los que jóvenes de raza negra murieron a manos de personas blancas, que no eran necesariamente policías”, puntualiza.

El pasado martes 26 de mayo, un portavoz de la policía dijo que Floyd parecía ebrio o drogado y que había resistido a ser arrestado por los agentes por un delito de falsificación.

Sin embargo, “al día siguiente el Departamento de Policía sacó un comunicado diciendo que la muerte del hombre se produjo después de un incidente médico durante una interacción policial, y que su arresto se había dado porque recibieron una llamada en donde les reportaban que un ciudadano negro había intentado comprar unos alimentos con un billete falso. Lo extraño del caso es que el Departamento no tenía pruebas concretas de que Floyd fuera el sospechoso”, apunta.

De acuerdo a los datos, la nueva víctima de violencia racista trabajaba como guardia de seguridad de un restaurante latino, pero se habría quedado sin empleo a causa de la pandemia del coronavirus. 

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