Acceso restringido a la vivienda familiar de Yuyú, de donde desapareció en medio del absoluto misterio. La madre seguramente sabe algo, afirman investigadores del caso al apuntar la mira en la sorprendente mujer.
“Es técnicamente imposible que la mamá no sepa nada sobre el paradero de su hija”, afirmó contundente el abogado Oscar Tuma al tratar de descifrar el misterio sobre la desaparición de Juliette el pasado 15 de abril de la vivienda familiar en las afueras de Emboscada, donde residía temporalmente con su madre Lilian Zapata y su padrastro Reiner Oberuber.
Tuma ejerce la representación legal del padre biológico de Yuyú, Stephane Le Droumaguet, de nacionalidad francesa con residencia en Suiza, quien decidió involucrarse en la búsqueda de su pequeña hija, de quien debió apartarse físicamente hace un par de años cuando vivía en Paraguay debido al relacionamiento de su entonces pareja con el alemán Oberuber.
“La mamá sabe mucho de lo que pasó con su hija, y el padrastro también”, expresó Tuma a medios de prensa, tras informar que solicitará un examen psíquico del padrastro en el marco de la investigación.
Para los vecinos de la familia, el escenario es claro en cuanto a la responsabilidad protagónica de los padres en la desaparición de Juliette.
“Nadie, en su sano juicio, desconocerá detalles mínimos del hecho, más aún cuando la víctima no tiene ninguna posibilidad de valerse por sí sola para abandonar el predio, por padecer de capacidades diferentes”, afirmó a La Mira un vecino, que pidió el anonimato por temor a represalia.
Miembros de la organización vecinal conformada en Emboscada para defender el derecho a la vida de Yuyú también sospechan de la responsabilidad de los padres.
“Desde un primer momento, después de que se hiciera pública la desaparición, expresamos nuestra duda sobre esa pareja”, sostuvo María Virginia Céspedes.
“Como padres de familia tenemos una intuición que generalmente no falla. No es para presumir culpabilidades, pero en este caso todos los caminos conducen a Roma”, refirió por su parte Zunilda Venialgo, haciendo suyas las expresiones de otros vecinos.
La sociedad emboscadeña, con excepción de las autoridades, se declaró en cuarentena permanente en solidaridad con Juliette, y señala que no bajará los brazos hasta que se encuentre a la niña y los culpables de su desaparición sean castigados por la justicia.