«El Gobierno debe entender que ya hay hambre, hay sectores que viven de ollas populares; la solidaridad ayuda a cubrir la indignación y si esto continúa así la situación a nivel social es impredecible», disparó la diputada.
Si el Gobierno no reacciona ante el descontento generalizado por escándalos sucesivos con los fondos multimillonarios del covid la situación se puede desbordar, afirmó a La Mira la diputada Kattya González. Alertó sobre la posibilidad de que ocurra “cualquier cosa” cuando el hambre empiece a golpear en serio, y dijo que “ahora mismo ya hay hambre en ciertos lugares, que sobreviven de la solidaridad a través de las ollas populares”.
– ¿En qué puede terminar todo este escándalo si Marito no da un cambio de timón radical en su calidad de gestión?
– Es difícil predecir, el paraguayo tiende a ser pacifico e indiferente a su realidad, pero una vez que empiece a ser golpeado en serio por el hambre acá puede pasar cualquier cosa. El Gobierno debe entender que ya hay hambre, hay sectores que viven de ollas populares; la solidaridad ayuda a cubrir la indignación y palia la ausencia del Estado, si esto no funciona la situación es impredecible, el impacto a nivel social.
– ¿Tomar el toro por las astas?
-El gobierno no se conecta con la realidad, nada en una burbuja, amenaza con encerrar a la gente, pero nada hace para cubrir las necesidades de la gente imposibilitada de moverse, siquiera para el autosustento.
– Estamos de mal en peor.
– Así es, y lo peor es que Marito actúa como si no hubiese ninguna recesión económica y necesidades extendidas en todo el país. Actúa como si todo está bien, sin problemas, sin corrupción. El no ve nada, no escucha nada, y no dice nada.
– ¿Por qué Marito respondió con el silencio a una convocatoria amistosa del Congreso?
– Porque es un autoritario. El respeto a los poderes del Estado es fundamental para una gestión transparente. La Constitución Nacional habla de coordinación y control recíproco que se tiene que dar, y es lamentable que no haya acudido a la invitación, que se le hizo de cortesía, no es precisamente una interpelación, por lo cual me parece desatinado el hecho de no interpretar los tiempos para acudir junto con su equipo a dar explicaciones a la ciudadanía, que ya piensa de todo sobre el destino de los recursos destinados supuestamente a ella, a la gente necesitada que está en la calle, trabajando en microempresas y tantos otros perjudicados por esta pandemia.
– El Presidente no se fue, pero envió a su gente de confianza.
– Su presencia era importante para el país. Evidentemente, no tenía nada que decir, o tiene mucho que esconder y prefiere callar, pero su actitud de soberbia no le ayuda para nada, sino todo lo contrario, alimenta las sospechas que tenemos sobre su calidad de gestión y transparencia, y las evidencias están a la vista con denuncias de corrupción en cada esquina.
– Nadie le ha dado la espalda hasta ahora.
– Claro. El legislativo le dio carta blanca con esa ley de emergencia, y lo mínimo que debe hacer es rendir cuentas. En esta ocasión se perdió una buena oportunidad para demostrar que es un buen líder, sensible a las necesidades del país y de la gente, pero evidentemente, con la mayoría coyuntural que tiene se siente impune.