«Dónde están», preguntan los indignados sobre el paradero de sus autoridades, quienes no dieron señales de vida durante la manifestación. «Ya aparecerán para pedir nuestros votos», reprendieron.
En medio de los gritos de los manifestantes congregados en la noche de este miércoles en la zona fronteriza con Brasil se escucharon voces de censura hacia las autoridades del departamento de Alto Paraná y de Ciudad del Este por estar ausentes y no responder a los reclamos de acompañamiento de la gente.
“Dónde están nuestras autoridades, seguramente contando plata y mirándonos por la televisión”, expresó un ciudadano ante la prensa destacada en el lugar de los hechos.
“Ya se presentarán oportunamente a pedir votos, y les daremos la misma respuesta que nos están dando ahora, mostrándonos las espaldas y el codo, a sabiendas de que, a muchos de ellos, les favorece enormemente que nos quedemos en nuestras casas para que sigan robando tranquilamente”, disparó el indignado.
El gobernado del X departamento del país, Roberto González Vaesken, y el polémico intendente de Ciudad del Este, Miguel Prieto, fueron los más requeridos durante la manifestación, pero ellos permanecieron callados todo el tiempo, dejando que los acontecimientos transcurran en medio de disturbios y amenazas de conflictos mayores.
“Este intendente Prieto se pasa los días alardeando de que tiene el apoyo de la gente para luchar contra la corrupción, pero esa misma gente reclama ahora su presencia y él mutis por el foro, tal vez escondido por ahí para no enfrentar los disparos de la Policía que le otorga seguridad y tiene carta blanca para robar”, afirmó otro manifestante.
A través de voceros, ambas autoridades representativas del Ejecutivo departamental y municipal, respectivamente, expusieron sus puntos de vista a favor de las resoluciones o determinaciones del Poder Ejecutivo nacional, específicamente en el tema de manejo de la pandemia, por considerarla prioridad vital para la zona y para el país.
Sin embargo, voces discordantes señalan que, a costa de priorizar la seguridad sanitaria no se debe despreciar el derecho fundamental de alimentación, que en este caso golpea con fuerza a una parte importante de la población esteña con el cierre del paso fronterizo y la nula actividad comercial por las limitaciones de la Ley Sanitaria, con el agravante de que ahora se volvió a Fase Cero, lo que, para muchos, significa poco menos que morir de necesidades.