La gente desconoce adónde fueron a parar los más de 2.000 millones del gobierno disponibles en el inicio de la pandemia para ofrecer soluciones a la pobreza y al desempleo. Marito sigue pidiendo plata, en una saga inacabable de angurria y cero respuesta al pueblo.
Los 1.600 millones de dólares prestados por el gobierno del presidente Abdo Benítez a nombre del pueblo paraguayo en la práctica no son nada, dio a entender el propio jefe de Estado, al requerir nuevamente nuevos préstamos externos para mover la economía y generar fuentes de empleo, el mismo argumento con el cual accedió al sideral crédito del BID.
Sin tener en cuenta para nada los escándalos aún impunes con los robos de recursos destinados -en los papeles- a enfrentar las secuelas del covid, Abdo Benítez dijo que es esencial contar con la plata de afuera para financiar los proyectos de desarrollo, entre ellos la mejora de la estructura vial nacional que dará trabajo e ingresos a millares de compatriotas en situación de precariedad económica.
Luego de pedir la comprensión de la ciudadanía ante las medidas que se pretenden establecer para reducir los contagio, señaló que “muchos de estos desafíos nos obligan a tomar decisiones difíciles y esperamos siempre la comprensión de nuestro querido pueblo, que yo siento en cada rincón donde voy”.
Seguidamente, expresó la importancia de articular la financiación de obras públicas para generar un impacto en el empleo.
Sobre este punto, dijo que “debemos necesariamente articular estructuras financieras, a través del endeudamiento, para hacer obras de infraestructura y que esas obras de infraestructura puedan contener la desaceleración económica que impacta en nuestro país”.
Añadió que gracias a la alta producción agrícola, Paraguay tiene proyectada una recuperación rápida, pero que el componente de la inversión pública es fundamental.
“Nuestra buena situación se debe en gran parte a la producción agrícola, pero en todos los momentos cíclicos, cuando la economía se resiente, tiene que entrar necesariamente la inversión pública a suplir a esa inversión privada”, sostuvo.
Dijo que se debe asegurar fuentes de empleo para la gente, para lo cual se requerirá de la articulación financiera que permita impulsar más obras.
“Acá no se trata de un programa solamente diseñado por el Ejecutivo paraguayo, sino estas son las experiencias del mundo. Cuando hay desaceleración económica, el Estado tiene que construir y articular estructura financiera para generar un impacto positivo, a través de la inversión pública para contener el empleo, eso nomas quiere la gente, quiere trabajar, y si no tenemos nosotros financiación, se van a debilitar las estructuras económicas privadas y públicas, y la economía se va a resentir”, aseguró.