El nuevo presidente de la ANDE, Ing. Félix Sosa, se presentó oficialmente como «honesto» y «transparente», pero se ganó la crítica generalizada al firmar con ojos vendados una licitación declaradamente amañada con una diferencia de G. 41.220 millones (al cambio actual), con el cual se pueden costear 500 escuelas públicas.
La enorme diferencia entre dos Oferentes en pugna por la adjudicación de la licitación 1495/19 para la provisión de Llaves Telecomandadas para el servicio de distribución eléctrica de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) es motivo de severos cuestionamientos en el ámbito del sector eléctrico, en donde expresan con dosis de contrariedad y desilusión el estreno del nuevo Presidente del ente, Ing. Félix Sosa, quien de forma meteórica, cuando aún no terminaba de acomodarse en su cargo, estampó su firma en el documento de adjudicación, iniciando su gestión con una mancha negruzca con olor a negociado.
Con los más de 6 millones de dólares (G. 40.500 millones al cambio actual), el Estado pudo haber construido nada menos que 500 escuelas en zonas carenciadas donde la educación es un lujo, o una cantidad similar de puestos de salud, esenciales en estos momentos de apuros sanitarios por el coronavirus.
Contra todo pronóstico, y contra viento y marea, a pesar de haber sido alertado ni bien asumió su cargo, el nuevo presidente de ANDE adjudicó la licitación 1495/19 a la oferta más cara, presentada por la firma Atenas S.A., fue la crónica de una adjudicación con direccionamiento anunciado, teniendo en cuenta que algunos ítems del Pliego de Bases y Condiciones fueron transcriptos de forma artera con la finalidad de favorecer a la empresa amiga.
Marcadamente, el equipo de Atenas S.A. no cumplía con las especificaciones técnicas exigidas por la ANDE en licitaciones anteriores del mismo equipo, en lo referente al material de la carcasa del reconectador.
Según pudimos averiguar, la carcasa no admitía el aluminio porque no es resistente al calor reinante en nuestro país. Entonces, para esta licitación ANDE incorporó en las especificaciones técnicas que la carcasa también podría ser de aluminio, ajustando su requerimiento al equipo del cual disponía para ofrecer la empresa que posiblemente ya “ganó” la licitación antes de presentar siquiera su oferta.
A más de ello, las especificaciones técnicas fueron acondicionadas a exigencias que solo la empresa “amiga” cumplía en Paraguay, según pudo corroborarse a lo largo del proceso licitatorio, y que no fueron tenidas en cuenta por los evaluadores y fiscalizadores de la ANDE y, mucho menos, por el nuevo presidente de la energética, el Ing. Félix Sosa, quien comienza su gestión con el pie izquierdo, dando una sensación de incompetencia o habilidad para la transa, por un lado, y al mismo tiempo instalando inseguridad en potenciales participantes de las licitaciones de la institución.
Cabe señalar que las exigencias del PBC han sido cuestionadas con argumentos consistentes por parte de potenciales Oferentes durante el período de consultas y aclaraciones; sin embargo, la ANDE se mantuvo inalterable en su posición inicial de mantener las exigencias que le aseguren dirigir favorablemente la licitación a la empresa “amiga”, que fue adjudicada a pesar de una diferencia abismal de 6.083.286 dólares con relación a la otra empresa oferente, echándose por tierra el principio de “economía y eficiencia” que debe hacer prevalecer toda institución pública que realiza un llamado a licitación, a la hora de proceder a la adjudicación.
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