El presidente de ANDE, que adjudicó a la empresa más cara con una diferencia de 6 millones de dólares, aparece con su amigo Andrés Ferreira, señalado de articular mecanismos internos para direccionar licitaciones, como los casos «postes de oro» y «llaves telecomandadas».
El escándalo con daño patrimonial eventual de al menos 400.000 millones de guaraníes con la compra de columnas de hormigón para el tendido eléctrico por parte de la ANDE a mediados del año pasado, tiene como protagonistas a las mismas autoridades que avalaron recientemente la adjudicación a una empresa amiga para la provisión de llaves telecomandadas con una diferencia de 6 millones de dólares en el precio de cotización con otra oferente en carrera.
De esta manera, queda expuesta la existencia de una rosca de corrupción dentro de la ANDE, que a través de licitaciones direccionadas genera jefes cada vez más ricos, servicios precarizados, usuarios estafados en sus tarifas, y daños patrimoniales gigantescos, en medio de la absoluta impunidad.
El caso de los “postes de oro” es similar en su formato a la licitación 1495/19, donde quedó demostrado que las especificaciones técnicas fueron realizadas a la medida de una empresa específica, y el precio de referencia ha sido exagerado e ilegalmente incrementado, lo cual puede ser probado con el hecho de que las demás empresas oferentes cotizaron millones de dólares menos que la firma favorecida.
Uno de los hombres claves en la estructura licitatoria de la ANDE es el Ing. Andrés Ramírez, quien se desempeñaba como director de Distribución y, según nuestras fuentes, era el encargado de acomodar las ofertas en perjuicio de la institución, los usuarios y el presupuesto público, que de esta manera es exprimido para costear el precio de la corruptela.
Los demás integrantes de la rosca permanecen campantes dentro de la institución, entre ellos el coordinador del Comité, Ing. Derlis Zolabarrieta, y el Ing. Luis Vidal Poisson, quienes firmaron el estratégico “Informe de Evaluación” que permitió al actual titular de la ANDE, Ing. Félix Sosa, adjudicar (en un tiempo récord de 6 días después de haber asumido la presidencia), la compra sobrefacturada de llaves telecomandadas.
Este “mérito” fue premiado por Sosa nombrando al Ing. Poisson flamante director de Telemática, sin importar para nada el millonario daño patrimonial y las irregularidades del proceso licitatorio.
Los demás “hombres del presidente” están bien ubicados en el esquema de mando institucional, a pesar de cargar sobre sus hombros sospechas de mala gestión e incluso denuncias de corrupción, como el Ing. Andrés Ramírez, señalado de cometer hechos de calificación penal en su anterior cargo de Jefe de la Regional Encarnación de la ANDE, y permanece impune.
Una situación similar afecta a su amigo y actual presidente de la ANDE, quien enfrenta denuncia penal por posibles delitos de lesión de confianza, estafa y asociación ilícita, entre otros, denunciados en la Regional Alto Paraná de la ANDE cuando el Ing. Sosa se desempeñaba como jefe de la Regional y luego como director de Agencias Regionales.
De acuerdo a los datos, jefes y cómplices de esa Regional urdieron una confabulación para “bicicletear” recursos de la institución, que solo en diciembre pasado generó daño patrimonial por 1.000 millones de guaraníes, y la suma podría alcanzar registros históricos según avance la investigación fiscal.
Con relación a la licitación LPI 1495/19 por valor de 22.799.800 dólares para la provisión de llaves telecomandadas, el anterior titular de la energética, Ing. Luis Villordo, había anunciado entre dientes que iba a declararla nula por irregularidades detectadas en el proceso, luego de lo cual se desencadenó una campaña de desprestigio contra el mismo que culminó con su renuncia, mientras el equipo de “apriete” tomó posesión de la estructura de poder con el ungimiento del Ing. Sosa en el trono de mando, y en solo días de haber asumido firmó la adjudicación de la mencionada licitación irregular a la empresa amiga y continuó con la reubicación estratégicas de leales.
Es muy llamativa la actitud del Sindicato de Trabajadores (Sitrande), que hasta ahora no atinó a manifestarse contra los vicios detectados en la adjudicación de compra de llaves telecomandadas, permaneciendo de esta manera en un silencio cómplice.