El presidente de ANDE enfrenta un nuevo escándalo por una presunta licitación amañada donde el ente adjudicó a la oferta que cotizó 10 millones de dólares más caro. Hace un par de meses, esta autoridad adjudicó en tiempo récord a una empresa amiga con una diferencia de 6 millones de dólares en perjuicio del país.
Luego de que, recientemente, la ANDE fuera señalada de direccionar con conocimiento de causa la licitación 1495/19 para la provisión de llaves telecomandadas destinadas al servicio eléctrico nacional con una diferencia de 6 millones de dólares a favor de la oferta más elevada, nuevamente el ente energético vuelve a ser noticia, esta vez por la adjudicación irregular para la construcción de la subestación Yguazú de 500 kV a la empresa Siemens Energy-Rieder por U$S 67.227.345, con una diferencia de 10 millones de dólares con relación a la oferta más conveniente.
Todo esto ocurre a vista y oído de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP), donde su director, Pablo Seitz, es motivo de frecuentes cuestionamientos debido a su apego a los resultados de adjudicación de origen, algunos de los cuales desembarcan en la DNCP con severas objeciones de fondo, como la licitación 1495/19, adjudicada contra viento y marea por el actual presidente de ANDE, Ing. Félix Sosa, en un récord de 6 días, un lapso estrecho que según técnicos de la misma energética estatal jamás alcanzará para analizar, como debiera, un legajo voluminoso y declaradamente contaminado.
El proceso licitatorio, evidenciado en detalles por La Mira, ameritaba la anulación del concurso y una nueva convocatoria, pero la misma ANDE que hacía unos meses había quedado expuesta por su corruptela al adjudicar los “postes de oro”, reprisó su lado peligroso y perjudicial para los intereses de la institución y del país al avalar la trampa y llevar el negociado hasta las últimas consecuencias.
Las objeciones expuestas en la licitación 1495/19 llegaron a oídos de la Contraloría General de la República (CGR), que tras analizar las evidencias publicadas comenzó a adentrarse en el proceso para etiquetar las irregularidades, y para ello comenzó solicitando informes a la nueva administración de la ANDE a cargo del Ing. Sosa, quien según sus propios ex compañeros de trabajo arrastra denuncias de corrupción, entre ellas desprolijidades administrativas que significaron millones de dólares en daño patrimonial durante su anterior función de jefe regional de la ANDE en Alto Paraná.
El año pasado, el anterior presidente de la ANDE ordenó una fiscalización detallada del manejo de la regional Alto Paraná, y como resultado saltaron múltiples irregularidades, algunas de ellas de responsabilidad penal, que comprometen al Ing. Sosa en un esquema de anomalías que ameritaban su desplazamiento del cargo para enfrentar las sanciones previstas en el Código Penal y en la Carta Orgánica de la misma ANDE.
Sin embargo, con la ayuda de amigos del poder político y del sindicato Sitrande, el Ing. Sosa logró esquivar la ley en el caso de Alto Paraná y, sorpresivamente, premiado como presidente de la ANDE, donde la misma semana que desembarcó en el cargo firmó a ciegas una licitación amañada, posiblemente luego de ser convencido por sus amigos técnicos acerca de los beneficios extra institucionales, sin reparar en el daño patrimonial de 6 millones de dólares, por lo bajo, y de violar de forma flagrante la Ley de Administración Financiera del Estado en el ítem de “economía y eficiencia” que deben priorizar los administradores públicos a la hora de utilizar los fondos del Estado.