«Puedo garantizar que estamos haciendo todo lo posible para suministrar las vacunas a Israel como prometimos”, manifestó el joven científico, quien emerge como la cabeza pensante de la vacuna contra el covid-19 y esperanza de la salud mundial.
Israel alcanzó hace días la cifra de 2.806 muertos por covid-19 y la tasa de infecciones sube su índice cada día, mientras las esperanzas están puestas en las vacunas que se están desarrollando en el país y en el exterior.
De ese modo, Israel reservó dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna que se encuentran actualmente en ensayos clínicos en Estados Unidos, a la espera de su aprobación por parte de los organismos reguladores de salud de ambos países.
Tanto las vacunas experimentales de Moderna, como las de Pfizer, utilizan un nuevo enfoque, la tecnología de mensajería (ARNm), que lleva “instrucciones” a las células para producir proteínas que pueden tratar o prevenir enfermedades.
Israel tiene una conexión local con Moderna. Su director médico, el doctor Tal Zaks, se crió en el país y recibió su máster y doctorado en la Universidad Ben Gurion del Néguev.
De 54 años, Zaks realizó una investigación posdoctoral en los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, y obtuvo una beca en oncología médica en la Universidad de Pensilvania, donde ahora es profesor asociado de medicina.
Además, comenzó su carrera en el grupo de investigación genética del gigante farmacéutico GlaxoSmithKline, donde formó el equipo de medicina traslacional oncológica y dirigió la investigación traslacional sobre el fármaco lapatinib contra el cáncer oral. Hoy también forma parte del consejo de Adaptimmune Therapeutics.
Antes de unirse a Moderna en Cambridge, Massachusetts, Zaks fue vicepresidente senior responsable del descubrimiento, desarrollo y comercialización de fármacos oncológicos en Sanofi.
En la actualidad, la vacuna de Moderna, creada en cooperación con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, se está probando en 30.000 voluntarios.
El 16 de noviembre, Zaks le dijo al Jerusalem Post que se sentía “increíble” al recibir la noticia de que los datos provisionales mostraban que su vacuna contra el covid-19 tenía un 94,5 por ciento de efectividad en la prevención de la enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2 .
Cinco participantes del grupo de 15.000 que recibieron dos dosis de la vacuna candidata se enfermaron levemente, mientras que 90 en el grupo de 15.000 con placebo (como control) se enfermaron.
Aún no se sabe cuánto duran los efectos protectores.
En entrevistas en la televisión israelí, Zaks dijo que se esperan los resultados finales del ensayo dentro de varias semanas ya que se necesitan datos de seguridad adicionales antes de que Moderna o Pfizer puedan solicitar la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos.
Después de ser abordado por Zaks con la oportunidad de convertirse en uno de los primeros países en recibir la vacuna (si se aprueba), el gobierno israelí acordó en junio comprar al menos entre uno y dos millones de dosis.
La principal instalación de Moderna en Estados Unidos está destinada a la distribución nacional. Zaks le dijo al Canal 12 que las dosis para Israel provendrían de una planta de producción de Moderna en Suiza.
“Espero que esto suceda a principios de 2021. No puedo dar un número exacto, pero puedo garantizar que estamos haciendo todo lo posible para suministrar las vacunas a Israel como prometimos”, manifestó el científico, que les dijo a los periodistas que espera que su madre de 80 años en Raanana pueda vacunarse pronto “para que la vida pueda volver a la normalidad”.
En Israel se desarrollan actualmente 6 vacunas contra el covid-19, una de ellas, la del Instituto de Investigación Biológica de Israel, se encuentra en ensayos clínicos en dos hospitales, según se informó.