En la práctica, contar con una de las hidroeléctricas más grandes del mundo poco o nada beneficia a los paraguayos, que siguen cocinando a leña por la exclusión energética, afirma el PNUD en un informe presentado este miércoles.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) este miércoles el informe “Energía y desarrollo humano”, que aborda la revisión del Anexo C del Tratado de Itaipú y la necesidad de una institución dedicada exclusivamente a coordinar el desarrollo del sector energético, cuya carencia limita seriamente las posibilidades de ejercer una adecuada gobernanza energética en el Paraguay.
La ampliación del acceso a la energía eléctrica, el desarrollo de energías renovables no convencionales, la transición hacia la electromovilidad y la transformación en desarrollo de la renta hidroeléctrica son algunos de los retos que plantea el informe sobre Desarrollo Humano Paraguay 2020.
El documento fue presentado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y apunta a ser un marco de referencia en la formulación de las políticas públicas del país.
“La cuestión energética en el Paraguay ocupa un lugar central en cualquier proyecto de desarrollo”, afirmó Silvia Morimoto, Representante Residente del PNUD en el Paraguay, durante la presentación del documento, tras destacar que el acceso universal a energía sostenible y limpia es una de las metas más ambiciosas para el país.
Tres hidroeléctricas impulsan la economía paraguaya y ofrecen la oportunidad de promover la equidad y el desarrollo sostenible a través de políticas socioeconómicas que contribuyan al empoderamiento de las personas, sobre todo de los jóvenes y las mujeres.
Morimoto indicó que el Paraguay tiene muchas ventajas naturales en materia de energía y que ha dado importantes avances de desarrollo en los últimos años. Desde el 2017 forma parte de los países con un alto índice de desarrollo humano, sin embargo, su gran reto es atender la falta de equidad. “Pese a tener la segunda hidroeléctrica más grande del mundo, un tercio de la población depende de leña para cocinar”, mencionó.
Achim Steiner, administrador del PNUD; el ministro Hugo Cáceres, de la Unidad de Gestión de la Presidencia; y el canciller nacional José Antonio Dos Santos también dejaron sus mensajes en este encuentro destacando la importancia del informe como un marco de referencia fundamental para desarrollar políticas públicas.
“Este documento nos ayudará a crear planes energéticos más integrales y equitativos. En el área social, nos ayudará a generar políticas públicas para garantizar la protección social y promover la inserción laboral, especialmente de las mujeres y los jóvenes”, destacó el ministro Cáceres.
El canciller, por su parte, señaló que hay voluntad y compromiso del Gobierno en el desarrollo energético.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores, en alianza con otras instituciones y sectores de la sociedad, ha asumido el reto de contribuir a la transformación del sector energético mediante la participación en distintas negociaciones y en la elaboración de estrategias que se proponen fortalecer la capacidad de aprovechamiento de la energía y sus réditos”, expresó.
Algunos representantes de las instituciones que contribuyeron a la elaboración de este informe —que llevó más de dos años de trabajo— se sumaron al encuentro, entre ellos Roberto Céspedes, especialista social del PNUD; Estefanía Laterza, coordinadora de la Comisión ODS Paraguay; Gustavo Cazal, director de Energías Alternativas del Viceministerio de Minas y Energías del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC); Julio Fernández, director de Aduanas; Cristian Pascotini, asesor de la Dirección de Gabinete de la Secretaría Técnica de Planificación (STP); y Juan José Encina, asesor técnico de la Dirección Paraguaya de Yacyretá.