Doña Petrona recibe su cumpleaños rodeada de flores y del calor familiar. Es conocida como la «reliquia misionera» que a pesar su avanzada edad le da guerra a la vida con una rutina basada en alimentación tradicional y valores ejemplares dignos de imitar.
La compañía Tape Guasu de la ciudad de San Juan Bautista (Misiones) se viste de fiesta este martes para celebrar los 109 años de vida de doña Petrona Antonia viuda de Bogarín, para quien los años no pesan y demuestra, más que nunca, un envidiable estado de salud física y mental, según le comentó al diario La Mira.
“Estoy demasiado feliz y más sana que nunca”, disparó la reliquia misionera rodeada del calor familiar.
Ataviada con prendas seleccionadas por ella misma, y delicadamente sometida a una sesión de maquillaje por sus hijas y nietas, la cumpleañera recibió con los brazos abiertos a cada uno de los invitados, la mayoría familiares a quienes identifica lúcidamente con nombre y apellido.
“Ella está más lúcida y saludable que la mayoría de los que estamos acá”, celebra una de sus hijas menores de 69 años encargada de explicar detalles de la vida de su deslumbrante mamá.
“No tiene ningún problema de salud”, observa, tras señalar que su rutina alimentaria se basa en las comidas típicas o tradicionales, y en ese sentido, dijo que uno de sus platos preferidos es el folclórico “rorá kamby”, un preparado de maíz molido y tostado mezclado con leche de vaca pura, a más de locro con cecina pirú, borí borí de gallina casera y poroto con garrón.
En su desayuno, es ritual el cocido quemado con galleta.
“Como es muy sana, no tiene problemas para comer cualquier otro tipo de comida, jugos, gaseosas e incluso un poco de licor, aclarando que siempre es importante no abusar en nada”, alega su hija.
Doña Petrona tiene 9 hijos (5 de ellos fallecidos), 35 nietos y bisnietos, y otra treintena de tataranietos.
Sus allegados recuerdan con emoción las virtudes físicas y mentales de la centenaria abuelita.
“Habla bien, y tiene una memoria impecable, se acuerda de todo y de todos sin que el paso de las décadas sea un obstáculo para ubicar hechos y personas con una afinidad increíble”, relata uno de sus nietos.
“Le encanta hacer narrativa de su vida de niña y de jovencita, cuando conoció a su novio, con quien se casó y mantuvo una relación armoniosa, solo truncada por la muerte del abuelo”, agregó.
Para doña Petrona la vida tiene aún color de rosa, y su prolífica experiencia existencial trata en lo posible de invertir en su familia a través de sugerencias y recomendaciones.
“Quién más que ella para hablar de la vida exitosa”, expresa orgulloso uno de sus yernos, mientras la vivienda familiar se lleva de colorido y emociones a granel.
“Con doña Petrona no hay broma cuando se trata de respetos y valores, que no se cansa de inculcar a los suyos. Ella dice que la sinceridad alarga la vida, y acostumbra a dar su bendición a todos quienes se le acercan con el tradicional ritual católico de manos unidas”, alega otro convocado al almuerzo de cumpleaños.
Entre otros méritos de la abuelita, narrados con alborozo por los presentes, señalaron que ella reza diariamente toda la semana, y que los lunes prende religiosamente velas a todos sus familiares fallecidos.
“Atiende su teléfono sin problema, reconoce a las personas por su voz, y hace preguntas de personas a quienes no ve hace años. Ningún detalle pasa de largo, es una verdadera campeona y ejemplo de lucha por la vida que debemos imitar”, apostilló otra hija.
“Ella dice que no piensa morir todavía, y que aún tiene mucho por delante”, exclama ante la vigorosa sonrisa de los presentes en la compañía Tape Guasu, que este martes matizó la caída de la anunciada lluvia con el placentero sabor de una jornada excepcional.