El lote de 20.000 vacunas donadas por la hermana república de Chile arriban al aeropuerto de Luque. Las autoridades nacionales se jactan de la política mendicante que practican, mientras ocultan más de 2.000 millones de dólares destinados, en los papeles, a la lucha contra la pandemia.
Fiel a su histórica práctica mendicante victimizándose como país pobre e insolvente, Paraguay acaba de recibir de la hermana república de Chile un lote de 20.000 vacunas contra el covid, de modo a paliar en algo el virulento azote del coronavirus que mantiene en vilo a la población y en banquete permanente al poder, que se nutre con amigos empresarios de la desgracia ciudadana.
“Mediante las buenas gestiones, y el excelente relacionamiento que tenemos con todos los países del mundo, en este caso la hermana república de Chile, el gobierno nacional ha logrado la donación de un importante lote de vacunas que servirán para que muchos compatriotas encuentren la solución tan anhelada para este bicho que está creando demasiados problemas no solo a nosotros, sino a todo el planeta”, expresaba en tono de discurso, y con mucha vehemencia, el ministro de Relaciones Exteriores, Euclides Acevedo, durante el acto de recepción de los inoculantes.
La reacción ciudadana no se hizo esperar, con indignadas repartidos a lo largo y ancho del país que exteriorizaron una decepción generalizada con la calidad de nuestros gobernantes y el espíritu de latrocinio que revolotea campante por las oficinas del Estado, en este caso de Salud Pública, que con un presupuesto ad hoc inicial de 90 millones de dólares para ser destinados exclusivamente a la pandemia apenas ejecutó medio año después el 14 por ciento, mientras la gente caía víctima del mal y los centros sanitarios lamentaban la ausencia de camas y medicamentos.
“¿Dónde está la plata?”, se preguntó una ciudadana que, vertiendo su contrariedad por la inoperancia del gobierno, repudió la falta de patriotismo de las autoridades paraguayas para sobreponerse al mal momento ocasionado por la pandemia haciendo uso correcto y oportuno de los millones de dólares (más de 2.000 millones de la moneda norteamericana, según informes) cuyo destino se desconoce, y que habrían sido desviados en parte para nutrir las abultadas cuentas corrientes de los detentadores del poder gubernativo y amigos empresarios, entre ellos el propio Abdo Benítez que, según los datos, ha adquirido una mansión versallesca en un lugar paradisíaco de Estados Unidos, al igual que otros burócratas que se ríen del pueblo necesitado.