El «zorro», instalado en un sitio oculto a la visión normal, se apresta a documentar una falta de tránsito para coimear sin rubor. Este tipo de «procedimiento» es usual en la ruta 3, donde la Patrulla Caminera es considerada institución meramente recaudadora sin prestar ningún servicio a los vehiculistas que les mantienen con el pago de sus impuestos y peajes.
Vehiculistas que transitan por la ruta 3 postean masivamente este martes la fotografía de un agente de la Patrulla Caminera en plena tarea de pescar por algún conductor desprevenido y salirle al paso para coimear.
El hecho se registró a la altura del populoso barrio Genes, de la ciudad de Emboscada, en las inmediaciones de la penitenciaría nacional, adonde acuden decenas de vehículos a toda hora del día, especialmente por las mañanas, cuando manadas de “zorros” se acercan sigilosos para tentar una ganancia espuria y traicionar impunemente (como siempre) sus responsabilidades al servicio del tránsito vial.
“Estos uniformados, que se han convertido en verdaderos azotes de la ruta, no se interesan absolutamente por tratar de encauzar las irregularidades que cometen los conductores sino apelan directamente a las sanciones establecidas por la Ley Nacional de Tránsito, en lo referente a causales de multa”, afirma en su sitio social el indignado Anastasio Riveros, poblador de Emboscada.
Añadió que, según entiende, el procedimiento de los agentes debería consistir en establecer los artículos e incisos de la presunta transgresión del tránsito, y los montos deberán ser fijados posteriormente por otras instancias, en este caso el departamento jurídico de la Patrulla Caminera, luego del sumario correspondiente.
“Estos agentes, sin embargo, se adelantan a coimear antes de hacer las boletas de intervención, que no les redituará ninguna ganancia porque irán a parar en las oficinas administrativas, que establecerán los montos de las multas, que según los papeles serán utilizadas en beneficio de la institución y en el mejoramiento de la calidad del servicio, pero en la práctica es otro cantar”, acotó el indignado.
“En algún momento se ubicaron en sectores del área urbana pero ocasionalmente eran agredidos con honditas, por lo cual optaron por ir a coimear en lugares donde los potenciales agresores podrán ser divisados de la misma manera que los desprevenidos conductores, convertidos en potenciales víctimas de estos verdaderos recaudadores”, posteó por su parte Aníbal Pereira, otro poblador indignado.