Ver para creer. Miles de paraguayos ven en la figura del polémico ex senador un candidato potencial para sucederle a Marito en el cargo de presidente. En la foto, Payo sale del despacho fiscal, donde defecó en plena audiencia.
Cuando se creía que el paso del senador Paraguayo (Payo) Cubas por el Congreso de la nación era prueba superada, reaparece con fuerza en las redes sociales la figura del político altoparanaense como potencial sucesor de Mario Abdo Benítez en el cargo de presidente de la República.
“Vamos Payo, ponete las pilas que el país te necesita”, expresó en su red social el ciudadano Santiago Valdez, en el mismo sentido que centenares o miles de indignados que, agobiados por la crisis del país y la indefinición de los detentadores del poder, sondean candidatos para sucederle a Marito, quien se niega terminantemente a renunciar y se mantiene atornillado en su sillón de la mano de sus ocasionales “amigos” cartistas, quienes insólitamente le mantienen impune a pesar de que le está llevando al precipicio al Paraguay.
“No podés entronarle a Payo, es un verdadero demente que en el poco tiempo que estuvo en el cargo lo único que hizo fue crear disturbios y avergonzar al Congreso, sin aportar nada a cambio sino disparos verbales que a nadie perjudicaron”, retrucó Amancio Colmán, para quien el ex senador echado del cargo no constituye pieza de valor para ser tenida en cuenta en un hipotético escenario de cambios en el poder.
De acuerdo a los datos, Cubas mantiene un ejército de más de 400.000 seguidores en su red social, quienes asiduamente le reclaman una posición política abierta acerca de los sucesos que ocurren en el país, pero el mismo prefiere guardar silencio, exacerbando el interés de la gente y generando al mismo tiempo todo tipo de comentarios sobre su persona, en un momento donde cualquier candidato es potencial sucesor del inepto presidente.
Personas que frecuentan el círculo áulico de Cubas coinciden en expresar extraoficialmente que Payo no tiene definido aún su futuro político, en parte limitado por su salud, y también debido al temor de que la mafia empotrada en el gobierno logre sacarlo del camino por métodos inherentes.
“Él no se va a prestar a hacerle el juego a los saqueadores públicos, en su momento va a dar la cara”, espetó un adherente tras ser abordado por periodistas, deseosos de primicias acerca de este hombre polémico, que más de una vez mantuvo en el ojo de la tormenta a políticos oficialistas e incluso referentes de la oposición convertidos en presa fácil de sus tiroteos verbales y arranques delirantes, mientras el pueblo se deleitaba con esas vergonzosas muestras circenses, que incluyen un episodio donde defecó en la oficina de un juez de Ciudad del Este en una audiencia sobre imposición de medidas tras ser acusado de pintar con grafitis la sede fiscal regional.