«No me alcanzó para pagar la internación», expresa uno de los carteles expuestos públicamente por indignados sociales que, de esta manera, buscan respuesta al clamor repetido de la gente. En varios puntos de la Gran Asunción se repitió esta singular forma de protesta.

Con ingenio y creatividad, la gente busca hacerse sentir de alguna manera ante las autoridades correspondientes y tratar de esa manera encontrar solución a los males del país, especialmente en materia de salud pública, con hospitales desbordados y depósitos de medicamentos vacíos, precipitando en gran manera el alto índice de fallecidos por covid, según las estadísticas.

Estos días se repitió en varios puntos del área metropolitana una forma muy particular de demostrar contrariedad por la mala atención en los centros sanitarios debido al fracaso de la política de gestión del gobierno, en este caso del Ministerio de Salud, que con nuevo ministro no logra instalar confianza ni en la ciudadanía ni en el personal de blanco.

“Murió sentado por falta de camas”, afirma un emblemático cartel colocado en un lugar visible de un fantoche con forma humana revestido con bolsa de hule colocado frente al hospital de Villa Elisa, el mismo lugar donde, semanas atrás, las personas que acuden al lugar se vieron sorprendidos por varios artefactos del mismo tenor tendidos en la vereda, hasta que las autoridades ordenaron su inmediato retiro.

Igual procedimiento ocurrió en esta ocasión, ante la reacción de pacientes que coincidieron en señalar la gravedad de la situación, por un lado, y por otro, cuestionaron a las autoridades sanitarias por tratar de esquivar su responsabilidad en los hechos, en este caso con la organización interna que permita, al menos, comodidades básicas para los enfermos y también para los familiares que les acompañan.

De acuerdo a los datos, en varios otros lugares de la Gran Asunción fueron observados muñecos de forma humana recubiertos con hule o tela que cargaban algún mensaje crítico sobre el ninguneo del gobierno a los enfermos del covid, y el robo de los millonarios fondos destinados a la lucha contra el mal, cuyo destino se desconoce, aunque es vox populi que han ido a engrosar las cuentas de muchas autoridades, viralizado con la significativa expresión: “¿Dónde está la plata?”.

“En su desesperación e impotencia, la gente hace cualquier cosa para tratar de ser escuchada, pero lastimosamente su clamor no tiene eco en las instancias de poder y decisión, donde chocan con una muralla de autoridades insensibles y corruptas donde priman otros tipos de intereses, y el resultado está a la vista, con millones de dólares extraviados que postergan indefinidamente el derecho ciudadano a una vida digna con atención sanitaria oportuna y adecuada, medicamentos y trato humano, entre otros”, publica este viernes en su sitio virtual el indignado José Gabriel Toñánez.

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