Despojado de su «viejo hombre», Denis madruga y comienza su diario peregrinar en busca del pan diario y digno. «Dios cambió mi vida», dijo tras recordar su pasado de adicto y recomendar a la gente cambiar de chip y apostar por el amor cristiano.
Dinámico, presentable, alegre, con buena onda, respetuoso y con buen humor, extraños para los tiempos que vivimos, donde apuran los vicios y vivencias modernas que chocan contra los modales y las buenas costumbres.
Denis Chaparro es un joven igual que muchos, pero con valores agregados que, según el mismo lo confiesa, le han permitido volver a ver la luz después de años de negros horizontes provocados por las adicciones y una existencia sin propósitos definidos rodeado de sinsabores.
“Llegué a trabajar bien en barcos, pero Dios me tenía reservado un futuro mejor, la sanación espiritual que lleva a la salvación”, expresó en medio del trajín diario que le llevó a vender baratijas y cosas útiles para las amas de casa recorriendo kilómetros y aprovechando la ocasión para llevar la Palabra de Dios.
“Con mi trabajo humilde busco la bendición de Dios e invertir en la gente mi testimonio y experiencia de vida, basados en el sacrificio, honestidad, perseverancia y, fundamentalmente, fe en nuestro Señor Jesucristo. Es un camino duro, que da buenos frutos, especialmente en lo espiritual. Mucha gente piensa solo en lo material, en el dinero, bienestar, etc. pero Dios nos puede dar todo eso, y mucho más, con solo creer en Él”, expresó.
Denis reconoce que después de convertirse al cristianismo su vida cambió radicalmente.
“Antes no me importaban mi futuro, ni mi vida, ni nada. Solo vivía el día a día y trataba de pasar de lo mejor con mi vida mundana, pero Dios me dio una oportunidad y le doy gracias por la vida saludable que me regala, por el gozo que tiene mi corazón y que nunca lo he experimentado antes; también ahora puedo dormir tranquilo y me siento orgulloso del paso que he dado para bendición mía, de mis dos pequeños hijos y de toda mi familia”, aseveró.
Sugiere a todas las personas, especialmente a los jóvenes, a cambiar de “chip” y volcarse a Dios, en la seguridad de que podrán experimentar una transformación espiritual que modificará radicalmente su modo y estilo de vida.
Aclaró que “mucha gente cree que los cristianos debemos ser perfectos, pero no es así porque Dios dice que nadie es perfecto, pero sí podemos ser perfectibles en su amor, dejar los vicios y la mala manera de vivir, tener un horizonte claro con Dios a nuestro lado para guiarnos y sostenernos, porque vamos a tener caminos difíciles, pero El estará siempre ahí con su mano generosa llena de amor”.
Comentó que ahora es complicado conseguir trabajo “pero con la ayuda de Dios podemos tener ingresos dignos porque El dice en su Palabra que no habrá justo o hijo de justo en apuros o mendigando pan”.
“Mucha gente se burla de mí, y cuando les hablo de Dios me miran como bicho raro, pero sin embargo presumen de las personas de mala vida, pero Dios también le ama a esas personas y tiene un proyecto de vida mejor para todos ellos”, mencionó Denis con mucha convicción, en la certeza de que Dios existe y pronto vendrá por segunda vez para que se cumpla todo lo que está escrito desde el inicio de los tiempos en la Biblia, según afirmó.