Precedidas de grandes discursos y pomposas ruedas de prensa llegan las vacunas a cuentagotas, a pesar de los millones acumulados para la pandemia por el gobierno nacional, que suma aplazos en serie ante el descontento generalizado de la ciudadanía que pide la destitución de Marito.
Cuando se cumplen 14 largos meses de la declaración de la pandemia de coronavirus en Paraguay, el gobierno se debate en resonantes tejemanejes que en la práctica de nada sirven a la población aterrorizada por el covid y solo apuntan a ofrecer placebos en vez de asumir la gravedad de la situación y echar mano de los millones de dólares adeudados en nombre de la ciudadanía perjudicada.
Después de innumerables ruedas de prensa donde sucesivamente se anunciaba con pompas el esperado arribo de las vacunas contra el covid, que nunca llegaron, nuevamente el gobierno anuncia ahora un “precontrato” para la supuesta adquisición de 1 millón de dosis de inoculantes de la marca Pfizer, financiados con plata del pueblo cuyo monto no pueden dar a conocer por un extraño “acuerdo de confidencialidad” que, con facilidad, podría traducirse en “acuerdo de negociado feroz”, como se ha venido demostrando documentadamente en todo este tiempo.
“El contrato final formalizaremos los primeros días de junio. No se debe entregar ninguna prima porque son acuerdos documentales nada más», afirmó suelto de cuerpo el ministro de la cartera sanitaria Julio Borba, convertido de esta manera en títere de un esquema institucionalizado de perversión pública, preconizado por el polémico ex ministro de Hacienda Benigno López, premiado nada menos que como vicepresidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a pesar de su voluminoso prontuario de pillajes de fondos estatales.
Borba destacó también el “importante esfuerzo” del presidente de la República y representantes diplomáticos acreditados ante nuestro país para el desembarco de las anunciadas vacunas Sinopharm, pasando por alto la responsabilidad que debió asumir Marito desde el primer momento después de ser declarada la pandemia, para lo cual se apuró en hacer un préstamo de 1.600 millones de dólares cuyo destino se desconoce, y que coloca a Abdo Benítez en posición de corrupto y traidor.
Por este y otros motivos declarados, Marito estuvo a punto de ser echado del cargo por la vía del juicio político en marzo, pero una coalición liderada por el cartismo colorado le regaló el blindaje necesario para seguir gobernando con impunidad, a tenor del desastre generado durante su gestión y el perfil de “criminal” que le endilgan los mismos médicos de hospitales públicos por su negligencia, omisión y ninguneo de los reclamos para los enfermos del covid.
“Sencillo es el tema: no pagaron, tal vez regatearon o, como siempre, pidieron gratis, las vacunas y por eso no llegan al país”, expresó en su sitio social el indignado José Nicolás Arruabarrena, en consonancia con millares de ciudadanos que vuelcan su indignación con municiones verbales de diverso calibre.