Aparecieron en pandemia, pero la escalada imparable de precios de la canasta familia obliga a los «comunes» a seguir dependiendo de las ollas populares, que también recibieron un golpe del gobierno de Marito y cachiporrazos como agradecimiento.

Silenciosos, pero demoledores y haciendo metástasis en el tejido social más desfavorecido y vulnerable, los precios de la canasta familiar están trepando por las nubes, mientras las autoridades se mantienen calladas y los “comunes” lanzan alaridos de impotencia frente a este nuevo golpe a los bolsillos que avanza imparable en medio de una danza de desenfreno y arbitrariedades de parte de comerciantes y supermercadistas que inflan los precios sin ninguna explicación ni atisbo de humanidad.

“Esto se ha salido de carril”, lamenta una mujer en un supermercado del residencial barrio Mbucuyá de Asunción, mientras selecciona granos y trata de decidirse por artículos otrora usuales en la mesa familiar pero ahora totalmente prohibitivos debido a los altos precios.

“Increíble pero cierto. El mondongo crudo está a 25.000 guaraníes el kilo, y la carnaza en sus variados cortes ha subido por los cielos. Las hortalizas, frutas, farináceos, panificados en general, aceites, y todo lo que implica alimentación, se han alejado de la gente común”, disparó otra indignada.

Amas de casa consultadas sobre este nuevo “regalo” del gobierno de Abdo Benítez (considerado por sus propios correligionarios como uno de los presidentes más inútiles de la historia contemporánea del Paraguay), comentaron que ante la embestida de precios urge el aumento inmediato de la escala salarial, tanto para el sector público como el privado.

“En estos casos es cuando necesitamos de la mano de nuestros políticos, que hasta ahora no han aparecido en escena para ponerse de nuestro lado sino para pedir votos para las próximas municipales”, se quejó otra indignada en las redes sociales, tras señalar que el pueblo necesitado nuevamente está cargando sobre sus hombros el resultado de una mala política de Estado y la corrupción galopante que golpea a la nación.

“Los puestos de trabajo están vedados por culpa de la pandemia, mientras millares de trabajadores potenciales que se quedaron sin sustento se cruzan de brazos aguardando oportunidades, o dedicándose a actividades informales, recibiendo como estímulo este golpazo a los bolsillos provocado por la estampida de precios al consumidor”, recalcó Gumercindo Avalos en su sitio virtual.

Comentó que las empresas mediáticas de Asunción, en consonancia con los intereses de las patronales vinculados de alguna manera con los comerciantes inescrupulosos, no se hacen eco del drama y de esta manera se pliegan al abuso de los precios de la canasta familiar que mantiene en jaque a la población necesitada.

“Calladitos están los diarios, las radios y los canales de televisión; claro, no es negocio para ellos hacer ruido a favor de la población porque pesan mucho más los intereses de los supermercadistas y afines, que toda la vida nos han mantenido sujetados a sus conveniencias con la complicidad de las autoridades, entre ellas la misma Sedeco y Asucop, que supuestamente están para defender los bolsillos abusados de los consumidores”, disparó por su lado María Margarita Cálcena, en el mismo sentido que centenares de indignados por la suba incontrolable de precios de la canasta familiar.

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