Atuendo sencillo con un chaleco confeccionado por mujeres paraguayas que lució la reina Letizia en su primer día de visita al Paraguay. La diputada Amarilla lanzó el grito al cielo porque quería que la española luciera vestido real.
La diputada liberal Celeste Amarilla hizo una exhibición de gran gala de desfachatez, mala educación y patética muestra de calidad parlamentaria al criticar acerbamente, y sin ningún parámetro de dignidad, a la reina consorte Letizia de España que realiza dos días de visita oficial al Paraguay.
Amarilla, rabiosa representante del analfabetismo funcional que impera en el Legislativo nacional, evidentemente trató de ganarse una vez más la consideración de la ciudadanía al disparar munición gruesa contra la representante de la monarquía ibérica (a quien cuestionó, entre otras cosas, el atuendo que exhibió en su primera aparición en Paraguay), pero lo que cosechó realmente fueron escraches multicolores acerca de su falta de sentido común y desconocimiento supino de la importancia de la ilustre visita para nuestro país.
España es un antiguo aliado del Paraguay y, como tal, ha demostrado en los hechos su predisposición para ayudar en programas de desarrollo, entre ellos los dirigidos a personas y familias en situación de vulnerabilidad, el empoderamiento de la mujer, y el incentivo en becas a centenares de universitarios que acuden a algunas de las instituciones de educación superior reconocidas de la madre patria para estudios de especialización.
“Bien hubiera hecho la diputada Amarilla en agradecer esas ayudas para nuestro país y aprovechar la ocasión para estrechar más los lazos de hermandad, en vez de exponerse al ridículo y la vergüenza, desnudando su falta de formación política y ética profesional”, comentó una indignada, tras recordar el prontuario de la legisladora imputada por robar el almuerzo destinado a centenares de niños de escuelas públicas.
Celeste quería que Letizia llegara al país vestida de reina, pero lo hizo con un chaleco de color rojo confeccionado precisamente por mujeres paraguayas capacitadas por la Cooperación Española AECI.
Sin rubor alguno, también puso en tela de juicio el perfil profesional de la reina, tratando en todo momento de echar de menos los méritos académicos de la mujer, egresada como periodista en la prestigiosa Universidad Complutense de Madrid.
“¡Pónganle un bozal¡”, vociferó visiblemente molesta una indignada al observar por la televisión cómo la diputada Celeste Amarilla disparaba excrementos verbales desde su curul parlamentario.
“¿Para eso le pagamos millones de guaraníes en salarios y otros millones en beneficios y privilegios negados a todos los comunes?”, reclamó otro posteador, sumando su indignación al de centenares de ciudadanos exasperados por la pestilencia verbal exhalada abiertamente por quien dice ser representante del pueblo.
“Esta no me representa”, dijo otra mujer en tono crítico, tras recordar la gran oportunidad que tiene la ciudadanía de desprenderse en las próximas elecciones generales de este tipo de ignorantes funcionales en un poder del Estado.