Organizaciones de la sociedad civil y oenegés lamentan la reelección del Defensor del Pueblo como producto del negociado político, pero eluden referirse al oscuro desembarco como ministro de la Corte del polémico abogado Víctor Ríos.
“Desde el surgimiento de la Defensoría del Pueblo en la Constitución de 1992, las personas que han sido electas con el criterio de cuoteo político han sido un ejemplo lamentable del perfil que no se necesita para este cargo”, señala el documento, que resalta el tiempo récord de un día utilizado para integrar la terna y reelegir a Godoy.
El Art. 276 de la Constitución Nacional señala como funciones del Defensor del Pueblo la defensa de los derechos humanos, la canalización de los reclamos populares y la protección de los intereses comunitarios que, según el comunicado de marras, nunca se han cumplido, evidenciando un grave nivel de distorsión de su rol constitucional y mandato institucional, a pesar de sus cerca de 200 servidores públicos, y al menos 29 delegaciones en distintos puntos del país.
“La reelección de Miguel Godoy como Defensor del Pueblo es una afrenta a la democracia y a la ciudadanía, y convierte al Poder Legislativo en una instancia de cuoteos y favoritismo que responde a intereses sectarios, contribuye a un retroceso de los DDHH y está cada vez más lejos de ser servidor del pueblo”, añade el documento.
“En un contexto de agravamiento de la crisis política, económica, social y ambiental, se necesita más que nunca el cumplimiento de las funciones genuinas de la Defensoría del Pueblo: más de 7 millones de habitantes de este país esperan que esta institución funcione”, expresa el comunicado de las organizaciones de la sociedad civil, entre ellas algunas vinculadas con la izquierda radical o víctimas de críticas como Serpaj, Mamá Cultiva Paraguay, Tierraviva y conocidas oenegés que, sin embargo, no se han expedido acerca del “oscuro negociado” tramado para la entronación del “camarada Víctor Ríos” como flamante ministro de la Corte Suprema de Justicia donde, al igual que Godoy, coincide en responsabilidades esenciales como el bienestar y la justicia.