Durante el juicio oral a González Daher se observa (abajo, extremo izquierdo), parte del cúmulo de evidencias presentadas por el Ministerio Público. Todos los jueces y fiscales de la enorme causa penal deben ser investigados sin más demora.
“Ha llegado el momento de limpiar el chiquero judicial”, disparó rabioso este lunes un indignado social tras señalar sus puntos de vista con relación a los detalles de la zaga perversa de estafa estereotipada liderada por los González Daher de Luque, que perduró campante e impune en el tiempo y ha dejado un tendal de perjudicados.
En el esquema de perversión financiera están implicados hasta la médula jueces y fiscales que, posiblemente movidos por el dinero fácil y rápido, se dedicaban a hacer “copy paste” de resoluciones y sentencias urdidas en las propias oficinas de los González Daher, según se desprende del modus operandi del clan asentado en las carpetas de investigaciones.
La siniestra “técnica” de apropiación de garantías de las víctimas debido al “atraso” deliberado de cuotas de deudores dejó en la calle a centenares de personas que, impotentes ante la estructura de perversión en la cual estaban implicados agentes de justicia, lloraban su desgracia en la antesala de los tribunales con el consuelo de terceros, que tampoco nada podían hacer ni decir ante las sentencias anunciadas.
Los jueces y fiscales alquilados continúan campantes e impunes en sus respectivos cargos, mientras la sociedad debe cargar con sus impuestos el sostenimiento de este tipo de prevaricadores que llenan de vergüenza el Poder Judicial y el Ministerio Público, en un país que, precisamente por la descomposición extendida de estas dos instancias de justicia, figura entre los más corruptos del mundo.
La sociedad aguarda ansiosa un mea culpa de los ministros de la Corte, esos mismos que, con su proverbial silencio, apañan a los prevaricadores al no ordenar investigaciones ante el mínimo de sospechas que, en el caso de los González Daher, retumban en cada rincón sin recibir respuesta.
También se espera una investigación seria e imparcial de todos los jueces, fiscales, camaristas, ujieres, asistentes y secretarios involucrados en cada una de las “denuncias” de los González Daher.
Es hora de limpiar el chiquero judicial.