La foto que publica este martes ABC Digital expone en toda su crudeza la realidad ciudadana, azotada por bandas armadas de motochorros y otros tipos de marginales que actúan a placer ante la falta de seguridad.

Un hecho de asalto perpetrado por motochorros en la zona de Capiatá en perjuicio de sendos “comunes”, y evidenciado a través de una cámara de video, pone al descubierto, una vez más, la inseguridad lacerante de la ciudadanía, cuyo clamor de respaldo de la Policía resuena como eco vago en los círculos de poder, donde la seguridad sí es real, y total.

El material fotográfico y videográfico es publicado en la edición de este martes del diario ABC Digital.

La reacción de la gente no se hizo esperar, coincidiendo en la situación de apremio que debe afrontar en medio de la anarquía que significa el salir a las calles cargando el imprescindible aparato celular y un poco de dinero.

“La ley, muy condescendiente con los bandidos de toda laya, no permite que los comunes nos desplacemos con armas para garantizar nuestra seguridad, mientras formidables arsenales respaldan la rutina de los políticos que, de esta manera, no ven ni escuchan la inseguridad del pueblo atemorizado por la sombra de los asaltos a plena luz del día y en los lugares más insólitos”, postea este martes un indignado.

En medio de la anarquía, el ministro del Interior, Arnaldo Giuzzio, mira para otro lado y afirma sin ruborizarse que hay seguridad en el país, salvo excepciones que se dan en cualquier otro país.

Giuzzio, quien se considera amigo de Marito, permanece intocable en su cargo, mientras los marginales hacen su agosto y se ríen de la ley, tanto que la mayoría de los que tienen la desgracia de caer detenidos cuentan frondoso prontuario de delitos que, en la eventualidad, no ha significado para ellos las penas o castigos establecidos por la ley, por lo que fueron aprehendidos solo para engrosar las estadísticas y, libres, continuar golpeando la seguridad y la vida de la ciudadanía, menos las de los políticos.

La recomendación para estos febriles días de fin de año es cuidarse las espaldas, más aun con el cobro de aguinaldo, donde bandas afiladas de asaltantes estarán al acecho.

El 911, teléfono de emergencia policial, en la práctica ha demostrado que no sirve.

El propio Giuzzio reconoció la falencia en su momento, pero a la hora de desembolsar los millones del presupuesto institucional no pensó lo mismo, al punto que la tecnología de seguridad ciudadana es ficción, en un momento donde los hechos delictivos azotan a los comunes.

“Ya me imagino el brinco que van a dar los políticos cuando los motochorros les dejen desnudos a sus hijos en la calle luego de asaltarles, pero mientras esto no ocurra van a seguir anestesiados en sus cargos, afirmando orondos que hay seguridad y que la gente no se cuida nomás”, opinó el indignado Julio César Mendoza en su red social, haciéndose eco de la madre despojada con violencia de su celular por dos motochorros en presencia de su hijo menor en un barrio de Capiatá.

La ley permite la tenencia y/o portación de armas de fuego en casos específicos debidamente documentados, aunque la burocracia, según los afectados, es una barrera infranqueable que impide a muchas personas desplazarse sin un medio de defensa propia ante la ausencia del Estado en las calles.

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