El nombrado embajador está casado con un hombre, lo cual desató el repudio de las comunidades cristianas. «Es mal ejemplo para la sociedad creyente», sostienen.
Ni bien se dio a conocer el nombre del próximo embajador de Estados Unidos en Paraguay por parte de la administración Biden, la información se hizo viral y cosechó todo tipo de reacciones, especialmente de repudio por parte de la comunidad cristiana y de padres de familia que defienden la vida y el orden biológico natural.
“Es una artera maniobra de Biden (Joe, presidente de Estados Unidos), a sabiendas de que somos un pueblo eminentemente cristiano y que rechazamos en mayoría las recetas demoníacas que buscan pervertir al ser humano y de esa manera ocasionar la destrucción familiar, como parte de la agenda del Nuevo Orden Mundial precisamente liderada por el gobierno norteamericano”, posteó este jueves Isaac Ibarra Cano.
Otros indignados señalaron que nada se puede hacer para torcer la voluntad del país norteamericano, pero que el gobierno de Biden debe saber que el pueblo cristiano del Paraguay rechaza el nombramiento de un degenerado como representante de esa nación poderosa ante nuestro país.
Marc Ostfield es el nombre del diplomático en cuestión, y según su legajo de servicio está casado con un hombre.
La legislación de la República del Paraguay no admite el matrimonio ni la unión legal entre parejas del mismo sexo, y precisamente una de las “misiones” de Ostfield, según fuentes cristianas, sería impulsar en nuestro país la Agenda 2030 que, entre otros objetivos, busca instalar la igualdad de género en la Constitución Nacional y otras recetas de perversión sexual, familiar y social, como parte del Nuevo Orden Mundial.
La Iglesia Católica paraguaya, a través de la Conferencia Episcopal, mantiene silencio sobre el caso, mientras la comunidad mediática en mayoría y las ONG’s pasan por alto el “detalle” que, en el fondo, afecta profundamente el tejido religioso de la sociedad.