Como si faltaran profesionales expertos en nuestro país, Marito nuevamente improvisa y nombra ministro a un desconocido que, según informes, nada sabe de manejo en cuestiones de seguridad pero sí tiene harta «idoneidad» en acomodo y genuflexión.
Como un eslabón más de la cadena interminable de improvisaciones en el gobierno nacional, el presidente de la República Mario Abdo Benítez nombró a Federico González como reemplazante del destituido ministro Arnaldo Giuzzio al frente de la estratégica cartera de Interior, en un momento donde arrecia la inseguridad a la sombra de la inoperancia de las autoridades responsables.
González es señalado como un oportunista “comodín” que durante el gobierno de Marito ya ha ocupado cuatro cargos importantes, y en ninguno de ellos se ha destacado sino, por el contrario, ha cosechado críticas como el triste papel de “traidor” que le endilgan en el manejo del vergonzoso “acta secreta” de Itaipú.
Ahora, el desconocido hombre público deberá cargar nada menos que con el ordenamiento interno del país en materia de seguridad, con todo lo que este compromiso significa en materia de organización y de lucha, a sabiendas de que las organizaciones criminales cuentan con poder de presión y fuego precisamente por la supina inoperancia e ineficiencia de la fuerza pública, a las que se suman factores vinculantes como la corrupción y la impunidad, profundamente enraizadas en el tejido orgánico del Ministerio del Interior, Senad, Ministerio Público y Policía Nacional.
“No tiene ningún conocimiento de la estructura y modalidad operativa del sistema de seguridad, por lo cual se puede adelantar que este ministro volverá a ser un fracaso como sus antecesores, mientras el narcotráfico y la criminalidad mafiosa se empoderan extendidamente en nuestro territorio, acompañados de casos de robos y asaltos que sorprenden a diario a los ciudadanos”, postea este miércoles Mario Alejandro Dávalos con respecto al nombramiento de González.
El nuevo ministro, lejos de asumir su falta de méritos para ocupar el importante cargo en el gabinete nacional, se puso a las órdenes del Ejecutivo y, sin mayores vueltas, dijo que va a continuar la lucha contra el crimen organizado impulsado por Giuzzio y buscará la estabilidad en materia de seguridad, sin ensayar siquiera alguna explicación de cómo lo hará y con qué “armas”.
“Tenemos en el país ex militares y ex policías con méritos y conocimientos suficientes para ocupar el cargo de ministro, pero lastimosamente el presidente de la República apuesta siempre por improvisados, que desconocen normas elementales de procedimiento, y así les va”, opinó el coronel retirado Aurelio Aquino, quien durante su servicio en las Fuerzas Armadas realizó varios cursos de lucha antisubversiva en el exterior del país, entre otras especializaciones.