Foto escondida por los medios y rescatada de las redes sociales donde se observa al nuevo embajador en una actitud considerada depravada por sectores decentes del país que ven con malos ojos el nombramiento de este diplomático en nuestro país.

Sectores políticos y mediáticos que comulgan con la ideología de género y pretenden introducirlo en el sistema educativo paraguayo bajo la máscara de “Reforma Educativa” celebran este viernes la llegada del nuevo embajador de Estados Unidos, Marc Ostfield, mientras sectores decentes de la sociedad y las comunidades cristianas coinciden en señalar el grave peligro que acecha sobre las familias paraguayas.

“Nada más lamentable que el representante de un país históricamente amigo del Paraguay, como lo es Estados Unidos, venga con el propósito de pervertir a nuestra sociedad, porque eso es lo que seguramente hará como parte de sus responsabilidades diplomáticas”, opina este viernes la indignada social Felicita Reyes.

En coincidencia con posteos de oposición a la llegada del nuevo embajador norteamericano, padres de familia de instituciones escolares señalaron que la presencia de Ostfield debería ser interpretada como una mala señal para la sociedad paraguaya, especialmente para aquellas familias que respetan la tradición basada en la moral cristiana.

“La situación que se presenta con este nuevo embajador es mucho más grave de lo que se piensa”, opina Angela Medina, madre de dos niños y una niña, todos ellos alumnos de una escuela pública de Asunción.

“Me desgarra el corazón el solo saber que están queriendo manipular la vida de nuestros hijos con una supuesta reforma que, en la práctica, es todo lo contrario porque busca destruir el sagrado orden biológico creado por Dios al solo efecto de instalar un estilo de vida diabólico, descarriado e inmoral”, disparó la indignada, con visibles signos de irritación.

“Lo peor de todo es que a nadie pareciera interesarle el desastre que se avecina, y hacen como si todo marchara sobre ruedas, con la ayuda de los medios de prensa que son los principales alcahuetes de esta cultura de degeneración maldita”, alegó la mujer, quien se declara cristiana devota por convicción.

El embajador Ostfield está casado con un hombre, y aparece en sociedad como una persona “normal”.

La Iglesia Cristiana recuerda que Dios condena la homosexualidad en cualquiera de sus formas, así como toda forma de comportamiento y actitud sexuales que sean contrarios al orden natural por Él instituido.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *