Sobre los hombros del presidente ruso gira parte del futuro inmediato del mundo, que tiembla ante la sola mención de una amenaza nuclear mientras aliados del bloque atlántico se niegan a meter armas en la zona de guerra. (Foto: Marca, de España).

A punto de cumplirse el octavo día de la invasión rusa, los países integrantes de la OTAN siguen negándose a una intervención militar en Ucrania y recurren a medidas de emergencia que, en todos los casos, no sirven para detener el devastador avance de las tropas de Putin, que a esta altura se ha ganado la repulsa mundial y es considerado el hombre más odiado del planeta.

“Está totalmente solo”, dijo del líder ruso el presidente de Estados Unidos Joe Biden, quien encabeza por su parte el bloque atlántico criticado por el presidente Volodímir Zelinski.

“Es sencillamente una guerra entre David y Goliat”, grafican este miércoles fuentes mediáticas ucranianas tras reconocer la gigantesca estructura bélica del enemigo ante una contraparte escasa en material de guerra y cantidad de soldados, pero con una dosis relevante de motivación para defender la dignidad territorial.

Mientras esto ocurre, al menos 700.000 personas han abandonado sus hogares para enfilar rumbo a Polonia, especialmente, uno de los pocos países que ha prometido ayuda armamentística para hacer frente a la oleada bélica rusa.

Es motivo de crítica la negativa del bloque europeo de intervenir de forma directa en el conflicto, por el temor de acceder a una escalada provocatoria de insondables consecuencias frente a un gigante ruso que incluso amenaza con hacer rugir su maquinaria atómica.

Ahora mismo hay dos mundos bien opuestos: los contados países que apoyan al dictador Putin, por un lado, y el resto de las naciones del mundo que apuesta por la paz en la región y defiende los intereses de Ucrania, un país democrático injustamente invadido que abre una enorme incógnita sobre el futuro inmediato del planeta, sumergido como está en un laberinto indescifrable de presunciones, con la amenaza nuclear rusa de por medio, como elemento disuasivo feroz para cualquier potencia.

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