El gobierno ensaya este jueves un cambio radical de su política crítica hacia el gobierno del dictador Nicolás Maduro, como opción válida para el aprovisionamiento de combustibles, en un momento donde hay indefinición en los mercados emergentes del petróleo. (Foto: Prensa Libre).

Llevando a la práctica el viejo adagio de que la necesidad tiene cara de hereje, el gobierno nacional ha ensayado un significativo coqueteo a su par venezolano en busca de los ansiados combustibles que necesita con urgencia el Paraguay para hacer frente al alto precio del carburante importado del otro lado del mundo, la indefinición sostenida de las negociaciones que dependen del curso de los acontecimientos en Ucrania, el descontento popular que ha lanzado a centenares de camioneros a las rutas, y la posibilidad siempre latente de cosechar votos en un momento preelectoral candente donde, tempranamente, se ha puesto en práctica la tradición paraguaya del “todo vale” a la hora de cosechar prosélitos.

El leal senador Añeteté Oscar “Cachito” Salomón, fue el encargado de exteriorizar el interés del Paraguay de resetear las relaciones con el gobierno del dictador pro-Rusia Nicolás Maduro, quien durante todo este tiempo se ha mantenido crítico contra el gobierno de Mario Abdo Benítez, en un clásico discurso absolutista donde el que no es amigo es enemigo.

Críticas de diverso calibre cosecharon las expresiones de Salomón, y al mismo tiempo manifestaciones de respaldo a la pretensión del gobierno paraguayo, en el sentido de apelar nuevamente a los carburantes de PDVSA como opción válida ante mercados cada vez más impredecibles, y la necesidad imperiosa de evitar el desabastecimiento por los perjuicios en cadena que precipitaría una situación parecida, en un país que carece de petróleo y donde las tres hidroeléctricas que producen energía para impulsar el planeta, en la práctica apenas sirven para potenciar tímidamente la República.

Una posición parecida a que la pretende Paraguay ha puesto en práctica hace un par de meses el gobierno de Estados Unidos, luego de que se desencadenara la guerra en Ucrania, y posiblemente como medida emergente ante un eventual cierre de los mercados de petróleo, que pondrían en riesgo no solo al poderoso país norteño sino a los aliados europeos.

“Lo único que nos faltaba, lanzar piropos a un tirano criminal odiado por el mundo”, postea este jueves en su sitio social el ciudadano René Insfrán, tras observar que un eventual cambio de discurso de Paraguay con respecto a la dictadura venezolana podría generar nuevos paradigmas con respecto a la democracia.

“Paraguay tampoco es una democracia, esta es una autocracia donde el poder representativo ejerce un rol de monarquía y el rey Marito gobierna con impunidad aliado a leales corruptos como él”, expresa por su parte Celestino Picaguá, tras aclarar su posición personal de que “todos los mercados son iguales a la hora de hacer negocios, y más aún con productos derivados del petróleo que significan vida para nuestro país”.

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