El coronel Félix Díaz saluda a su comandante en jefe Marito en la «zona de lucha». Las evidencias demuestran que los uniformados solo están para la foto en el norte, porque nada aportan para la pretendida seguridad en manos del EPP.

Sin mostrar vergüenza y ni siquiera ruborizarse, tratando de idiota a la gente, el vocero de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) en el norte, coronel Luis Apesteguía, dijo ante la prensa que el ilegal Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) que opera impune hace más de dos décadas en el norte del país está “estratégicamente derrotado”.

Explicó que, según la hoja de ruta del grupo criminal, el objetivo central que es la toma del poder para el pueblo está lejos de ser ejecutado debido a las acciones e intervenciones oportunas y eficientes de la fuerza de elite instalada en la región.

Añadió que otro objetivo del EPP, que supuestamente consiste en incrementar la cantidad de sus miembros hasta 1.500 hombres y mujeres (actualmente contaría con no más de 40), tampoco pueden cumplir por “culpa” de la FTC y debido a ello los terroristas se ven en la necesidad de ocultarse en comunidades indígenas.

Como si todo esto fuera poco, en el sentido de realizar afirmaciones sin presentar pruebas, evidencias o siquiera imágenes creíbles, el militar de más alto rango a cargo de la FTC afirmó tajante que el enemigo puntual se pasa “día y noche” planificando ataques contra los uniformados.

El coronel Apesteguía alegó ante sorprendidos periodistas que la unidad de élite a su cargo puede decir con propiedad que “cuando los integrantes del EPP están callados es porque están preparando algún golpe (contra la FTC)” pero que no pueden ejecutarlo “porque no les damos esa oportunidad”.

“La realidad es que no sirven para nada”, posteó en su sitio social el indignado Marcelo Servián, tras hacer una serie de consideraciones sobre los años de vigencia de la FTC en el norte, y los casi nulos resultados obtenidos en todo este tiempo.

“Mienten descaradamente, de otra manera ya hubieran tenido resultados, tanto con la captura y destrucción del grupo criminal como con el rescate y la liberación de los secuestrados”, comentó Ana María Meza.

En la misma zona geográfica se registró hace un par de años la muerte de dos niñas de 11 años de edad, las primas Lilian y María Carmen Villalba, en un hecho que conmocionó al país y rozó un incidente diplomático con Argentina, el país de origen de las menores, que condenó al gobierno paraguayo y ordenó una investigación paralela cuyos resultados se desconocen.

Según el reporte oficial, las menores pertenecían al EPP y murieron tras ser abatidas en una refriega con soldados paraguayos de la cual se jactó el propio comandante de las Fuerzas Armadas y de la FTC, el presidente Mario Abdo Benítez, tras calificar la misión como “exitosa”, y levantando una ola de estupor y repudio en Paraguay y el mundo, especialmente en organismos de derechos humanos y de defensa de la niñez y la adolescencia.

“Lo que dice este militar (por el coronel Apesteguía) es sencillamente una burla que desnuda la inutilidad de la fuerza pública frente al azote de la inseguridad, y ningunea el reclamo popular con mentiras institucionalizadas”, disparó en su sitio virtual el indignado social Juan Andrés Gelli.

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