Más ineficiente que nunca, Marito muestra interés patológico por los cigarrillos de Cartes y desprecia el clamor generalizado por el alto costo de vida. Las nuevas subas de combustibles extienden su impopularidad, a falta de un año para dejar el cargo.
Directos y frontales aparecieron este miércoles autoridades nacionales para adelantar que este viernes subirán los precios de todos los combustibles de expendio en las estaciones de servicio del país, inclusive las naftas de bajo octanaje destinadas a “consumidores sueldo mínimo”.
Lo peor del caso es que, una vez más, el “Gobierno de la gente”, falsamente espotizado por el presidente de la República, nada hace para revertir la triste noticia, que extiende una desesperanza generalizada por las carestías que se avecinan ante la falta de fuentes de trabajo, e incluso el desempleo, que según analistas continuará campante con el incremento del salario básico.
En el tema de combustibles, salta a lo lejos la absoluta falta de gestión del gobierno y, mucho más aun, de la empresa petrolera estatal Petropar, por tratar de minimizar el impacto contundente que tendrán los nuevos precios en la canasta familiar, esto es, en la economía de la gente común, aquella no sujeta a cupos, vales o regalías, como de hecho se practica en nichos de poder de la administración pública sin ocultamiento alguno, y a plena luz del día como dicen las crónicas policiales.
“Si ahora apenas estamos utilizando nuestro Chileré para casos de urgencia, categóricamente con una nueva suba del precio del combustible vamos a dejar de usar nuestro vehículo porque no vamos a poder moverlo, y creo que en esta situación estarán miles de compatriotas debido a la inutilidad de este gobierno, que nunca ha procurado siquiera defender los intereses de la gente, sino de los poderosos”, postea este miércoles en su red social la ciudadana Soledad Monzón.
La indignada hace alusiones específicas al alto costo de vida en nuestro país, y las subas interminables de productos y servicios que golpean con fuerza a los estratos más vulnerables.
A falta de un año para que el presidente Marito salga del poder y se vaya a su casa por la puerta de atrás, luego de cosechar el descontento generalizado hacia su desastre de gestión, la situación del país empeora con el paso de los días.
En otras tiendas, el Congreso está más embelesado en los cigarrillos de Cartes que en el caos económico de la gente, tratando de sacar réditos políticos a las puertas de cruciales elecciones partidarias y nacionales, donde están en juego no solo cargos, prebendas y privilegios, sino decenas de millones de dólares de la Itaipú, un recurso nunca bien utilizado, pero sí rapiñado sin ambages por las autoridades de turno devenidas en nuevos ricos, a cambio de nada.