El gobierno paraguayo está en el ojo de la tormenta tras conocerse detalles del misterioso aterrizaje del avión iraní en el aeropuerto de Minga Guasú. Legisladores sospechan que querían vincular al cartismo con redes terroristas por cuestiones electorales. (Foto: Diario HOY).

A medida que pasan los días surgen novedades de peso sobre el avión iraní con bandera venezolana que aterrizó en el aeropuerto de Minga Guazú con la supuesta misión de cargar cigarrillos de procedencia paraguaya para volver a levantar vuelo, horas después, con destino a Aruba.

Esta fue la información del libro de actas de la Dinac (institución pública encargada de los vuelos civiles en Paraguay), que entre líneas llamó la atención acerca de la cantidad no común de la tripulación (18 personas) para la aparente operación netamente comercial.

Dependencias vinculadas a la seguridad nacional como el Ministerio del Interior y la Secretaría Nacional de Inteligencia, entre otras, no tomaron las debidas precauciones acerca de la alarma enunciada, en el sentido de esclarecer posibles sospechas relacionadas a ilícitos como, de hecho, fueron apareciendo posteriormente por investigaciones de terceros, en este caso de la inteligencia argentina y las autoridades de Uruguay, además de la inteligencia de Israel y el mismo FBI de Estados Unidos que activaron el dispositivo de alerta roja internacional.

A nivel local, autoridades paraguayas han tratado, y siguen haciéndolo, de desviar el asunto hacia cuestiones electoralistas, que comenzaron con la información oficial de que la carga de cigarrillos fabricados por la empresa Tabesa perteneciente al Grupo Cartes “tendrían relación con el terrorismo internacional”.

Poco importó a las autoridades paraguayas la falta de aporte de pruebas para solventar la grave acusación, pero sí saltó en medios extranjeros la posibilidad de que el avión iraní haya venido a realizar operaciones ilícitas o criminales, como el lavado de dinero proveniente del terrorismo islámico, para transportar millonarias divisas destinadas a financiar el terrorismo en Paraguay, o con el objetivo de colaborar con la campaña electoral del oficialismo abdo-velazquista o la izquierda paraguaya para las candentes elecciones que se avecinan y que se les presentan harto comprometidas.

Durante su intervención en el Congreso, el senador Enrique Riera deslizó la posibilidad de que el estrépito desencadenado en nuestro país con el caso tenía la misión de arruinar al cartismo en su carrera electoral, y sobre el punto otros legisladores de la misma bancada sostienen que al gobierno le salió mal la jugada y que ahora deberá lidiar con un monstruo de mil cabezas, en alusión al escándalo de ribetes internacionales que podría complicar a las autoridades nacionales de frente a organismos externos de lucha contra el terrorismo y el crimen organizado.

Este viernes, el nerviosismo fue la constante en altos niveles del poder, incluido el Congreso nacional, donde opera campante la fraternidad abdo-velazquista y oposición, unida en causa común contra el cartismo con el apoyo de medios aliados.

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