Fernández sorprendió con un argumento diferente sobre el misterioso vuelo iraní, dando un vuelco a la versión inicial que buscaba implicar a Cartes con las actividades de los terroristas. Atrás, el ministro Carlos Arregui, protagonista de número del libreto oficialista.
Asombro mayúsculo generan este viernes contenidos de la denuncia presentada ante el Ministerio Público por parte de la Secretaría Nacional Anticorrupción (Senac) con relación al escándalo internacional de imprevisibles repercusiones provocado por el aterrizaje en Paraguay de un avión iraní con bandera venezolana el pasado 13 de mayo, tras contar con la autorización oficial de rigor 8 días antes.
El propio ministro-secretario de la Senac, René Fernández, salió a explicar detalles de la denuncia y expresó que existen evidencias para afirmar con propiedad que el operativo comercial habría sido utilizado como máscara para encubrir “otras actividades” que son investigadas a nivel local e internacional.
Aunque Fernández eludió entrar en detalles específicos que podrían escandalizar aún más el caso, no tuvo reparos en manifestar que detrás del aterrizaje del gigante Boeing 747 se presentan “elementos muy llamativos y atípicos” que llaman la atención, como por ejemplo la cantidad inusual de 18 tripulantes para viajes de este tipo que, por lo general, no requieren más de 6 personas.
La autoridad paraguaya deslizó también que el vuelo podría estar relacionado con el financiamiento de actividades terroristas.
Analistas políticos señalan que no es coincidencia que el avión aterrizara en el aeropuerto de Minga Guasu, que sirve a Ciudad del Este fronteriza con Brasil, donde están instaladas células o facciones árabes vinculadas con el terrorismo islámico, según informes de la propia Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos y organismos de seguridad de Israel.
De hecho, la carátula de la denuncia se relaciona con la presunta comisión de los hechos punibles de asociación terrorista y financiamiento de actividades terroristas.
El caso ha generado todo tipo de reacciones, tanto a nivel local como internacional, desde el momento que salieron a luz pormenores alarmantes del vuelo como la presencia en la lista de tripulantes de Gholamreza Ghasemi, considerado por Estados Unidos e Israel como alta autoridad de la Guardia Revolucionaria Islámica, acusada de brindar soporte financiero, armas y combatientes a organizaciones terroristas que actúan en Medio Oriente, entre ellas la guerra de Siria y las interminables escaramuzas con el Ejército israelí en la zona de Palestina.
En el mismo sentido que analistas internacionales, Fernández llamó la atención sobre la falta de coherencia en el espíritu económico del negocio, teniendo en cuenta que los cigarrillos tenían un costo de 800.000 dólares y, en contrapartida, un costo operativo enorme que solo en combustible significa unos 600.000 dólares, sin margen de beneficios que justifiquen el viaje y el involucramiento de semejante cantidad de tripulantes.
Referentes políticos oficialistas vinculados con Marito y el presidenciable Hugo Velázquez tratan de vincular el accionar de los terroristas iraníes con el Grupo Cartes, sin aportar documentaciones ni argumentos de valor.
Con esta hoja de ruta se manejaban hasta este miércoles, cuando la Senac presentó la denuncia y pidió la investigación del caso, que para analistas independientes significa un balde de agua fría para las pretensiones electorales del oficialismo y aliados opositores, por un lado, y paralelamente el riesgo latente de que el escándalo llegue a niveles resonantes con una eventual sanción a Paraguay por violación del protocolo internacional de lucha contra el terrorismo, entre otras medidas enérgicas y deshonrosas para un país miembro.