La candidata a senadora nacional defiende la retórica filosófica de la ANR y dice que históricamente las seccionales han constituido nichos solidarios y fraternos para la gente, sin distinción de banderías ni colores. «Debemos volver a eso», alegó.
Así como funcionaban en algún momento de la historia del país, las seccionales coloradas no debieron haber perdido esa identidad característica de templos de ayuda y solidaridad con los más necesitados, y ocupadas siempre en la atención de la gente, ya sea en la formación y capacitación en artes y oficios a través de útiles cursos gratuitos abiertos sin discriminación de credos ni banderías políticas, afirmó la candidata a senadora Lizzarella Valiente.
“Los locales de seccionales coloradas tienen que volver a funcionar como nos contaban nuestros padres y abuelos, para que sean nuevamente templos de asistencia, ayuda y acompañamiento a todos los ciudadanos interesados en encontrar alguna respuesta a su situación, especialmente las que tengan relación con el mundo laboral en un momento donde escasean las fuentes de empleo y la gente necesita trabajar”, expresó.
La candidata a senadora nacional sostuvo que en las seccionales coloradas las personas también deberían encontrar respuesta a problemáticas domésticas o asuntos de emergencia, de modo que esa infraestructura republicana pueda cumplir con eficiencia su rol social.
“Nuestro precepto partidario nos enseña la cultura solidaria y generosa que históricamente ha caracterizado al paraguayo, y este es un buen momento para volver a nuestras raíces fraternas en busca de mejor vida para todos”, recalcó.
“Nunca un colorado le ha cerrado las puertas a otro colorado, y menos aún a ciudadanos de cualquier otra corriente partidaria, política o ideológica con deseos de crecer y desarrollarse como personas de bien”, alegó Valiente, tras recordar la necesidad de poner en práctica un conocido adagio que dice: “Si la gente supiera lo buen negocio que es ser buena gente”.