Don Alberto aparece en una foto familiar acompañado de sus cuatro hijas, que quedaron devastadas luego del terrible viacrucis del padre que entró al IPS con un cuadro de acv que requería atención especializada, pero lo sacaron en un ataúd.
Familiares de don Alberto Aguiar, quien falleció en penosas circunstancias como víctima de una saga interminable de desidia del personal de blanco del Instituto de Previsión Social (IPS) de Asunción, según denunciaron, narraron el viacrucis al que fueron sometidos para recibir atención hospitalaria y el maltrato recurrente en que incurren los médicos y enfermeras ante la menor queja, pedido de explicaciones o reclamo de ayuda.
“Quieren hacernos creer que trabajan gratis, que nadie les paga, que están ahí por amor al semejante”, señaló Sonia Aguiar, hija de don Alberto.
“Algunos no soportan que se les dirija la palabra, hacen en silencio su rutina y se retiran con caras largas, como si les molestara nuestra presencia, en evidente muestra de que no les gusta lo que hacen. Indirectamente nos dicen que no tenemos derechos, y que recibimos la gracia de la atención por lo cual debemos mantenernos calladitos, sin objeciones de ninguna laya, como si se trataran de profesionales de primer mundo, cuando en nuestro caso por ejemplo la calidad de atención que nos brindaron ha sido lamentable”, disparó la indignada.
Añadió que, según entiende, los profesionales de blanco del IPS perciben un salario superior al de cualquier centro sanitario público, y además tienen a disposición muchas ventajas, servicios y privilegios, entre ellos la impunidad.
“En cuanto a profesionalismo, también dejarían mucho que desear desde el momento que todos los días cambiaban de mentiras acerca de la situación de mi papá”, añadió.
Entre las irregularidades denunciadas, la mujer comentó que su papá contrajo neumonía hospitalaria, una infección muy contagiosa, por lo que fue “aislado” con un biombo, apareciendo escaras en los pies que no fueron tratadas y acabaron con un cuadro de descomposición generalizada que determinaron la imputación de una pierna.
“Mi papá entró en regular estado en IPS, y salió en un ataúd”, lamentó la denunciante.
Dijo que muchos médicos aparecieron una vez y después desaparecieron sin dejar rastros, con enfermeras cómplices facilitándoles la situación.
“Cuando le fallaron los riñones a mi papá le metieron en terapia y falleció el 22 de setiembre luego de pasar horribles sinsabores y negligencias en cadena. El acta de defunción señalaba como causa de muerte fallo séptico de punta pulmonar, pero lo que tuvo es una infección generalizada como consecuencia del tratamiento tardío, desganado, criminal”, recalcó la asegurada.
“Nadie controla nada ahí; los médicos actúan como dueños de la institución y las enfermeras se ponen a sus pies. Muchas se pasan hablando por teléfono o chateando plácidamente, despreciando pedidos de atención a los pacientes. Actúan como si fuéramos molestia. Si no les gusta su trabajo o el sueldazo que reciben por qué no renuncian y se van a buscar trabajo otro lado. Cientos de flamantes médicos y enfermeras esperan una oportunidad para trabajar y honrar su profesión”, apuntó la indignada mujer.
La denuncia del caso está a cargo de la fiscal Karina Cerón, de la unidad barrial número 3, de Trinidad.