Marito se dirige a su avión turístico rodeado de guardias y jefes militares que deberían destinar todo el tiempo a buscar los presuntos restos de Denis, afirman indignados sociales.
Con relativo destaque, incluso de amigos mediáticos, el presidente Mario Abdo Benítez inició nuevamente un periplo turístico con rótulo de oficial por España, y posteriormente enfilará rumbo a Alemania, con plata del pueblo, para “dialogar” con autoridades cuando solo le restan meses para dejar el cargo que en todo este tiempo en el poder ha manchado de corrupción e inoperancia su gobierno.
De hecho, los viajes por el mundo con gran pompa y desprecio a los recursos públicos, han sido la constante durante el gobierno de Abdo Benítez, quien en esta ocasión deja como «recuerdo» un nuevo anuncio de incremento de los combustibles que atacan directamente el bolsillo de la gente, y el amargo sabor de la posible muerte del secuestrado Oscar Denis que, según los datos, ya estaba hace meses en conocimiento del gobierno pero Marito decidió llamarse a silencio quién sabe bajo qué oscuro pacto con la oposición aliada.
Ningún referente de la oposición salió a denunciar o siquiera pedir explicaciones al gobierno acerca de la bomba informativa surgida de casualidad de los hechos bochornosos registrados en el penal de mujeres luego de que introdujeran el ataúd que contenía los restos acribillados del terrorista del EPP, Osvaldo Villalba.
En la ocasión, la directora putativa del Buen Pastor, Carmen Villalba, expuso al sol su condición de líder e hizo arrodillar al gobierno para poder despedir los restos de su camarada, haciendo pagar las consecuencias a altas autoridades que, según documentos, sabían hace meses no solo acerca de la presunta muerte, sino el lugar donde estarían sepultados los restos del secuestrado exvicepresidente de la República, Oscar Denis.
Un mar de críticas cosechó Marito antes de rumbear a un nuevo destino turístico sin provecho para el país.
Marito pudo haber enviado a sus representantes turísticos, de los muchos que abundan en el gobierno, y quedarse él a tratar de solucionar los graves problemas nacionales, entre ellos involucrarse de lleno, en su condición de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación, en la búsqueda de los posibles cuerpos de los secuestrados, para alivio de familiares de las víctimas y de todo el país que lloran la suerte de esos compatriotas.
El presidente optó por ausentarse, como lo viene haciendo sistemáticamente durante todo su desgobierno, y decidió ir a quemar guaraníes en viajes onerosos pagados por todos.
Datos de sondeos y opiniones colocan a Abdo Benítez con un promedio de 80 por ciento de impopularidad, mientras el porcentaje restante de leales está integrado por genuflexos interesados en el continuismo, a sabiendas de los millonarios beneficios y privilegios que les espera en caso de salirse con la suya, lo cual es poco probable según los mismos estudios que ubican al cartismo en la cima de las preferencias con guarismos inalcanzables para sus seguidores inmediatos.