El rostro de la perversión escolar patentizado en el ministro del MEC, quien defiende a capa y espada la plata de la UE sin tener en cuenta el grito de alarma de los padres de familia acerca del peligro de muerte moral que pende sobre sus hijos estudiantes.
Acicateado por referentes de la prensa comprometidos con la ideología de género, el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) insiste sin descanso y de forma obstinada para la aprobación de la ley de transformación educativa, la misma a la cual los padres de familia y comunidades educativas califican como la cultura de la degeneración en las aulas.
El propio ministro Nicolás Zárate encabeza la cruzada nacional en supuesta representación de la comunidad escolar y afirma que el rechazo al convenio firmado en su momento con la Comunidad Europea para el cambio de paradigma educacional perjudicará enormemente a los escolares más vulnerables porque supuestamente “pasarán hambre”.
Uno de los términos del convenio alude al bienestar del educando, y en ese contexto entra a tallar la alimentación como factor clave en el aprendizaje, a más de nociones esquematizadas de nuevos paradigmas de enseñanza, donde en letras chicas dan acceso a la ideología de género, que los progresistas aliados del gobierno, ONGs y prensa cooptada buscan pasar de largo por otro factor clave: 83 millones de euros “donados” a cambio de la aplicación de la fórmula de perversión.
El ministro Zárate es uno de los principales impulsores del malvado proyecto educativo, que no tiene en cuenta la posición firme de padres de familia que se oponen de forma terminante a la transformación educativa, de la forma empaquetada en que quieren imponer los globalistas a través de referentes locales.
El MEC no ha levantado la oreja para escuchar el clamor de 10.000 padres de familia que hace unos meses copó el microcentro de Asunción en señal de rechazo a la transformación educativa, pero sí se muestra solícito y presumido enfoque a la hora de recibir apoyos que, en la generalidad, se tratan de sectores interesados en los millones de la UE, especialmente Organizaciones No Gubernamentales que, se sabe, están metidas hasta los tuétanos en la Agenda 2030 que, entre otros fines, busca aplicar a rajatablas la identidad de género y su secuela de perversiones, en la niñez, a través de las comunidades escolares.
Ante esta serie de contrasentidos que, en todos los casos, atenta contra los derechos humanos de las familias paraguayas que han decidido en absoluta mayoría rechazar la transformación educativa en las escuelas, solo resta demostrarlo con los votos el próximo domingo, donde la ciudadanía tiene la oportunidad de decirle “no” a candidatos del oficialismo y oposición que, unidos, codician la plata de la UE, a sabiendas de que están tirando a los leones a generaciones de estudiantes al solo efecto de volverse ricos con plata contaminada e indigna, instalando una cultura de muerte moral patentizada en antivalores condenados desde el inicio de los tiempos.