Firme ante los símbolos patrios, en la práctica el presidente Marito es funcional a sus intereses privados y del exclusivo entorno de corrupción que le rodea. Declara rebeldía a la adversidad electoral y se declara blanca palomita de la democracia.

“Por qué no te callas”, murmuró este miércoles un referente colorado que integró la comitiva oficial que inauguró un sistema sanitario en la zona de Misiones.

Fue al escuchar los derrapes verbales del presidente Mario Abdo Benítez, quien después de caer estrepitosamente en las elecciones internas partidarias entró en un laberinto disciplinario que se ahonda con el correr de los días, a medida que se va quedando fuera del poder y con la amenaza latente de ser juzgado posteriormente por su desastre de gestión gubernativa con el latrocinio institucionalizado y los negociados como principales referentes delictivos.

La reacción del republicano presente en el acto de inauguración no se hizo esperar luego de que Marito hiciera uso de palabra donde lanzó munición gruesa contra sus correligionarios colorados cartistas quien acaban de someterle a una humillante derrota electoral.

“No vamos a ceder ante las amenazas”, afirmó fuera de contexto, tras aludir a la supuesta compra de conciencias de parte del cartismo para las próximas elecciones generales, como si el oficialismo no comprara lealtades no solo de la clientela política potencial sino de amigos mediáticos arreados a cambio de millonarias licitaciones direccionadas, colocaciones financieras y otro abanico de opciones de negocios.

“Sangra por la herida”, comentó otro republicano presente en el evento y criticó la conducta sinuosa del líder añeteté quien, con suma fidelidad a sus cómplices en el gobierno y en el sector privado, sigue manejando el país de acuerdo a los intereses de la alianza de corrupción, la misma que avaló los robos en pandemia y el silencio traidor ante el atropello abierto de Estados Unidos a la institucionalidad de la República, entre otros abusos impunes.

Marito, considerado el peor presidente del Paraguay en el pos-stronismo, busca lealtades en el próximo gobierno nacional, a través de satélites políticos que aun maman del Estado y que, por su lado, también buscan impunidad a cualquier precio.

Así como lo hizo durante todo su gobierno, en ningún momento el presidente aludió siquiera a la oposición libero-zurda o la izquierda caviar que, de hecho, se han consorciado con el coloradismo añeteté para dominar el país y doblegar a las instituciones, donde se mueven a gusto y paladar sin ser molestados para nada, incluso por los organismos estatales de control y represión, que ofician de simples espectadores pagados por el pueblo.

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