Biden se ríe del mundo, especialmente de los países débiles como Paraguay, donde mete la mano en el gobierno con la bendición de Marito, que también se ríe del Paraguay, según el informe de la ONU que etiqueta a EE.UU. como potencia impostora.

Las sanciones estadounidenses que prohíben a personas o empresas la entrada a Estados Unidos y congelan cualquier activo con conexión estadounidense violan los derechos a la libertad de circulación y a no ser privados arbitrariamente de la propiedad, afirma contundente el informe de las Naciones Unidas (ONU) dado a conocer recientemente y que no mereció destaque en el Paraguay, donde el oficialismo y aliados están pendientes de novedades con beneficios electorales en favor del continuismo.

“El temor a las sanciones estadounidenses ha llevado a muchas empresas e instituciones financieras extranjeras a cumplirlas en exceso para reducir sus riesgos. Esto no hace sino empeorar el impacto de las sanciones (de Estados Unidos) sobre los derechos humanos”, afirmó Alena Douhan, relatora especial de la ONU sobre “el impacto negativo de las medidas coercitivas unilaterales sobre los derechos humanos” como el caso que afecta al Paraguay.

Douhan advirtió además que “las sanciones estadounidenses suelen prohibir la entrada a Estados Unidos y congelar cualquier activo con conexión estadounidense, violando así los derechos a la libertad de circulación y a no ser privado arbitrariamente de la propiedad”.

La experta explica que “los derechos humanos se vulneran cuando las prohibiciones comerciales de Estados Unidos contra determinados países penalizan a las empresas extranjeras por hacer negocios”.

En alusión explícita a países que, como Paraguay, acusan recibo de la injerencia estadounidense, la relatora de la ONU señala que la política de garrote utilizado por el país norteño “afecta los derechos laborales, la libertad de circulación y los derechos de las personas que puedan estar asociadas o vinculadas a las empresas sancionadas”.

Citó como ejemplo “el daño causado a los individuos que dependen de los bienes o servicios de ciertas compañías”.

En otro punto del informe -que prácticamente pasó desapercibido en la prensa “independiente” de Paraguay y sectores políticos afines al oficialismo, entre ellos la llamada oposición efrainista- la relatora especial de la ONU cuestiona la compatibilidad de la imposición de jurisdicción extraterritorial de Estados Unidos con las normas internacionales de derechos humanos, como ocurre impunemente con la República del Paraguay.

De forma tajante, Douhan dispara un misil verbal al afirmar que Estados Unidos debe “reflexionar” sobre el principio internacional de no injerencia en los asuntos internos de otros países.

La relatora de la ONU que puso el dedo en la llaga del gobierno norteamericano por su injerencia en los asuntos internos del Paraguay obtuvo un PhD en la Universidad de Bielorrusia y un doctorado en Derecho Internacional y Derecho Europeo, entre otros múltiples méritos académicos.

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