La candidata a vicepresidenta por el efrainismo globalista lidera una cruzada gay en el centro de Asunción donde recibe epítetos descalificadores. «Jesús, líbranos de estos ángeles del mal», vociferaban indignados ciudadanos.
En una muestra abierta y desembozada de perversión cristiana, el candidato a presidente de la República por la Concertación Nacional, Efraín Alegre, propugna, incita y estimula la degeneración sexual y la perversión familiar en el Paraguay que practica valores de familia establecidos en el cristianismo y le dice “no” a la ideología satánica del globalismo mundial.
Para que no haya dudas del perfil de perversión que defiende Efraín, la candidata a vicepresidenta de la República, Soledad Núñez, encabezó recientemente una marcha de transexuales y otros tipos de pervertidos por el radio céntrico de Asunción, donde recibieron la reprobación generalizada en medio de adjetivos que descalificaban semejante muestra de depravación a plena luz del día.
“Se sacó la careta”, dijo contrariada una ciudadana al aludir a Soledad Núñez y el papel de perversión que representaba en ese momento al encabezar el colorido grupo que se desplazaba a bordo de un micro preparado para el efecto.
“Estos son los que quieren el poder, líbranos Señor”, vociferó otra indignada, mientras la Sole respondía con una sonrisa de labios para afuera los gritos de desaprobación de ciudadanos sorprendidos con semejante exhibición de depravación.
De hecho, desde un primer momento el movimiento político de Efraín se ha plegado al globalismo de perversión trasuntado en la Agenda2030 que, entre otras perversidades, defiende a muerte la cultura de la depravación y la destrucción de la familia normal establecida en la Biblia, a través de la ideología de género y sus variables de degeneración como el orgullo gay, el matrimonio igualitario y el cambio de sexo.
A los practican tales hechos, Dios les califica de “malditos” y establece los castigos debidamente explicitados para quienes no han procedido al arrepentimiento en vida.
Efraín y los adherentes a la Concertación tiene vínculos de amistad y complicidad del gobierno de Estados Unidos, a través de la embajada en Asunción, donde precisamente oficia de embajador un degenerado sexual que, siendo hombre, abiertamente se presenta como “esposo” de otro perverso de su misma especie, ante la complacencia del gobierno de Abdo Benítez y sus aliados efrainistas, luguistas y holdings mediáticos afines, plegados al continuismo que, en la práctica, significa para todos ellos impunidad, enriquecimiento fácil con los fondos públicos, negociados feroces con licitaciones amañadas y acceso directo a las fuentes de poder, entre otros múltiples beneficios por partida doble.