Las dictaduras quieren periodistas ciegos, sordos y mudos ante la corrupción y la violación de los derechos humanos. Efraín demuestra empatía con el autoritarismo al cercenar la libertad de prensa y de expresión que han costado persecución y muerte.

La libertad de prensa en Paraguay ha experimentado altibajos a lo largo de su historia, especialmente durante el largo paréntesis de la dictadura stronista, cuando los periodistas eran tratados con palos en señal de desprecio, especialmente los que se oponían al régimen despótico y se animaban a publicar la verdad.

Décadas después, cuando se creía falsamente que ese tipo de abusos propios de dictaduras salvajes quedó en la historia de la abominación cívica, surge un nuevo intento por acallar a la prensa, esta vez de un candidato a presidente de la República, nada menos.

Efraín Alegre se encargó de instalar un comprensible y atendible temor de repetir viejos esquemas autoritarios calcados de autocracias tiránicas que dieron pie a la supremacía de quienes, alentados por soldados ideológicos, se encargaron de mantener a raya a quienes osaran, desde sus teclados o micrófonos, levantar dedos acusadores contra los jerarcas así consolidados en sus dominios.

En la década de 1980, en coincidencia con el inicio del ocaso stronista en el poder de la República, la prensa paraguaya fue mantenida bajo un estricto control del gobierno a punta de censura y represión.

Nadie olvida el asesinato del periodista Santiago Leguizamón por decir la verdad a costa de las amenazas y persecuciones, tal como lo experimentaron varios hombres y mujeres de prensa en plena democracia que cayeron en el ejercicio de su trabajo.

A partir de la transición a la democracia en 1989, se han hecho esfuerzos por garantizar la libertad de expresión y la independencia de los medios de comunicación, y de tal manera los medios han venido informando e investigando sin restricciones sobre los acontecimientos políticos, económicos y sociales del país.

La Constitución paraguaya garantiza la libertad de prensa y el derecho a la información, y el país cuenta con una Ley de Libre Acceso Ciudadano a la Información Pública.

Sin embargo, aún existen desafíos en cuanto a la libertad de prensa en Paraguay.

En algunos casos, los periodistas han sido amenazados o agredidos mientras realizan su trabajo, y también se han registrado casos de acoso y hostigamiento a medios de comunicación críticos, como ocurre actualmente con el Grupo Nación Media, cuyos periodistas son tratados de forma infame, como si estos trabajadores de prensa fueren culpables de los males publicados.

“Si este candidato actúa de esta manera en plena campaña electoral, cómo será si llega por desgracia a ser presidente”, dispara este lunes en su red social el indignado Sebastián Lovera, en consonancia con voces críticas de todos los sectores, especialmente de la prensa, contra el “sincericidio” verbal de Efraín Alegre.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *