Santi demostró en las urnas la soberanía vilmente violada por el «gran juez del Norte» que ahora, de forma hipócrita, ofrece sus buenos servicios para mejorar el país.

Antes de cumplirse 24 horas del resonante triunfo del presidenciable  colorado en las elecciones de Paraguay, el gobierno de Estados Unidos dio a conocer un comunicado en el cual expresa sus felicitaciones a Santiago Peña y le invitó a la promoción de intereses compartidos, especialmente la lucha contra la corrupción y la inseguridad como cabeceras del desarrollo económico propulsado como uno de los ejes programáticos del Partico Colorado en el nuevo gobierno bajo el eslogan “Vamos a estar mejor”.

“Nuestros intereses y valores democráticos compartidos seguirán apuntalando la histórica relación entre los pueblos de Paraguay y de Estados Unidos”, afirma el documento dado a conocer inmediatamente después de la victoria de Peña, quien aún no se pronunció sobre el comunicado oficial, aunque podría hacerlo en el transcurso del día, según pudimos averiguar a través de su equipo de trabajo, involucrado ahora en el proceso de transición de gobierno donde, afirmaron, “hay muchísimo trabajo por hacer para poner el país en orden”.

El gobierno de Estados Unidos acaba de protagonizar uno de los escándalos diplomáticos más virulentos de todos los tiempos en la larga historia de relacionamiento de amistad con la República del Paraguay, luego de que tomara por asalto la soberanía y la majestad de las instituciones públicas, específicamente el Poder Judicial, el Ministerio Público y la Cancillería Nacional, entre otras, antes de proceder de forma unilateral y despótica a “informar” al país que ha decidido declarar “significativamente corruptos” a 9 jerarcas paraguayos, entre ellos el propio vicepresidente de la nación Hugo Velázquez y el ex presidente de la República Horacio Cartes.

El libreto arteramente urdido entre bambalinas consistía en satanizar la figura de Cartes con una persecución cruel e implacable a través de la prensa amiga que se encargará de viralizar una imagen patológica adosada de infamia, difamaciones, calumnia y la amenaza abierta de la posibilidad de extradición por acusaciones criminales sin ninguna posibilidad de defensa, en ostentosa violación a nuestra soberanía y Estado de Derecho que consagra la seguridad jurídica y, en el mismo sentido que los países democráticos del mundo libre, establece reglas para el derecho a la defensa en juicio que en este caso jamás existieron.

La temeraria intervención de Estados Unidos en Paraguay en estos últimos tiempos, en coincidencia con la campaña presidencial, tiene el propósito de instalar acá la Agenda 2030 rechazada por el equipo de Santi Peña, pero alegremente recepcionada y celebrada a 7 voces por la concertación efrainista.

Antes de ofrecerse de forma hipócrita a “trabajar juntos” con el gobierno electo, lo que debería hacer Estados Unidos es pedir disculpas oficiales al equipo de Santi por los ataques, agresiones y ofensas indignas, inmorales y oprobiosas contra el cartismo y, si le queda un poco de dignidad, explicar a la gente sobre el motivo y los objetivos de su grosera intromisión en los asuntos internos de la República tras despreciar la majestad de nuestras instituciones, establecidas en el marco de la Constitución Nacional.

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