Menchi luce orgullosa la bandera verde del aborto y viste una remera de la entidad que defiende la vida, un contrasentido que ha marcado su tortuoso camino. Ahora ha sido beneficiada por una sentencia veloz, mientras víctimas de abusos esperan en angustia y aflicción la justicia que nunca llega.
Críticas multiplicadas de variado volumen recibe la justicia paraguaya luego de que la jueza Mesalina Fernández no diera vueltas para condenar al ciudadano Juan Vera tras entender que la reportera de televisión e influencer Mercedes “Menchi” Barriocanal, acusada de defender a ultranza el orgullo gay, el aborto y otros tipos de perversión humana, ha sido perjudicada en su intimidad luego de que el acusado diera a conocer por las redes sociales el número de celular de la afectada, un hecho considerado delito de acción privada.
“Con qué rapidez actuó la justicia en este caso, mientras millares de mujeres víctimas de violación, maltratos, trata de blancas, abandono y tantos otros abusos, lloran en los tribunales en busca de justicia”, lamenta en su sitio social Magdalena Duarte, en coincidencia con mujeres como ella que alegan sentirse defraudadas por la justicia.
“No le hicieron perder mucho tiempo a la denunciante, claro, ella es millonaria empresaria y poderosa influencer, y no como humildes paraguayas que no tienen siquiera para su pasaje para ir a defenderse ante jueces que no tienen ningún apuro para dictar sentencias en estos casos. Justicia ¡cúbrete el rostro!”, señala ofuscada Margarita Cálcena.
Alrededor del 90 por ciento de las personas posteadoras se manifiestan en términos críticos contra la justicia selectiva en favor de los que más tienen y en contra de quienes deben lidiar por años sin ser escuchados por jueces ciegos e insensibles.
“El interés de un rico puede más que el dolor de un pobre, en la interpretación de nuestra justicia”, afirma Soledad Cantero Sosa.
Marcelo Vera Gallardo también emite su impresión: “La justicia solo hizo su trabajo al condenar a una persona que cometió delito. Lo malo es que actuó con una rapidez inusitada, bien diferente de los miles de personas que amontonan telarañas sobre sus hombros en los juzgados esperando justicia. Este tipo de abuso judicial persiste campante sin que nadie se perturbe”.
De acuerdo a datos extraídos de informes oficiales del Ministerio Público sobre abusos a niños, niñas y adolescentes, ni siquiera el 10 por ciento de los casos termina en sentencia judicial debido a variados factores que coinciden en algunos puntos, entre ellos la situación de pobreza de las víctimas, que deben apelar a defensores públicos, con todo lo que esto significa en pérdida de tiempo y pereza para mover los expedientes en la parte de investigación, con otro abanico de murallas en los despachos de los jueces.
“¿Cuándo se va a hacer justicia contra esta mujer que tanto daño ya le ha causado a la familia paraguaya y al país con sus diabólicos mensajes de odio y discriminación?”, opina otra indignada que suma su voz crítica al “show” de la Menchi y seguidores.