Marito «desapareció» de los medios amigos durante estos 5 años de desgobierno y lo aprovechó al máximo para rapiñar los fondos públicos, en una campaña de corrupción sin precedentes en la era pos-stronista.
Nada menos que 465 licitaciones de variado calibre presupuestario, que seguramente han sido predispuestas para la casta aliada, están en lista de espera de ser adjudicados durante los dos meses y pico de tiempo que le faltan a Mario Abdo Benítez para abandonar el cargo que utilizó estos 5 últimos años para ensayar un poder de la nación que nunca honró y sí aprovechó al máximo su capacidad de rapiñaje para acumular fortuna con los recursos públicos con la ayuda cómplice de holdings mediáticos que callaron en todo este tiempo las fechorías del hijo de la dictadura para lanzarse mutuamente en una campaña de negros negociados con impunidad cantada.
Atónita, incrédula y bamboleante con los resultados de las elecciones nacionales que posibilitaron una victoria aplastante del Partido Colorado, la oposición liderada por el efrainismo liberal se resiste a reconocer la derrota y, en cambio, insiste de forma enfermiza con el fraude en los cómputos finales, exponiendo al ridículo a sus propios correligionarios empotrados en espacios de poder electoral, con voz y voto en las decisiones y definiciones, entre tantas otras prerrogativas constitucionales.
Mientras los derrotados se desgastan aún más con inútiles lamentos aprovechan las redes sociales y los generosos espacios mediáticos amigos para disparar munición gruesa contra el presidente electo de la Nación, Santiago Peña, acusándole del desastre que padece de la nación y de trazar un horizonte virtual plagado de infortunios.
Les cuesta creer a los perdedores que Peña aún no asumió el cargo y, así como ha ocurrido durante los 5 años de desastre de su próximo antecesor, nada tiene que ver con el gobierno actual ni con las decisiones, acciones, omisiones y delitos endilgados a Abdo Benítez, quien se muestra significativamente satisfecho consigo mismo, despreciando aviesamente la situación de apremio que enfrenta la gente a quien prometió reivindicar luego de que ganara las elecciones del 2018 con los votos de Cartes, el mismo a quien convirtió en su peor enemigo en una muestra suprema de traición envilecida con la persecución asociada a perversas variables de ataques personales cargadas de odio, calumnias y descalificativos francamente injuriantes e indignos de un jefe de Estado.
Ahora que Marito está saliendo por el patio trasero del gobierno, emergen ocasionales trapos sucios de su gestión divulgados de forma cuidadosa y preventiva por aliados mediáticos que, por boca de “entendidos intelectuales del teclado y el micrófono”, se presentan falsamente en sociedad como “independientes”, tratando inútilmente de idiotizar la inteligencia colectiva tratando a la gente de ignorante y prehistórica, claramente en alusión a la dirección de su voto que, en este caso, ha resultado en la caída estrepitosa del supuesto proyecto de cambio que, en la práctica, iría a constituirse en un cambio de nombres para erigirse en un monumento de perversión de impredecibles consecuencias para el país.