La educación paraguaya necesita un ministro comprometido con la calidad de la enseñanza en las aulas y paradigmas fuertemente vinculados con la ideología cristiana que profesa la enorme mayoría del pueblo, señalan docentes y padres de familia.
Insistentes rumores que señalan a Luis Ramírez como uno de los principales candidatos a ocupar el cargo de ministro de Educación y Cultura pone los pelos de punta a educadores y padres de familia que alegan sentirse defraudados por el solo hecho de que un educador vinculado a la perversa ideología de género globalista sea citado como responsable de una de las carteras más sensibles del Estado cuya autoridad principal debe ser nombrado por el Poder Ejecutivo.
“No creemos que pueda ser verdad”, señala este miércoles una internauta en sus redes sociales tras disparar munición gruesa contra lo que considera “insistencia patológica” de organizaciones y personas interesadas en que el nuevo ministro responda a los intereses demostradamente espurios de la ideología que utiliza sofismas enlatados para instalar su esquema de degeneración en las escuelas y colegios del Paraguay.
Santi defendió durante toda su campaña el lema Dios, Patria y Familia en primer lugar como estandarte de su gobierno, pero ahora se ha instalado una profunda preocupación en instituciones educativas y padres de familia declarados cristianos que temen que arremetida de los globalistas logre meter en el gobierno su infame cisaña.
“Hemos venido luchando durante años para tratar de depurar el MEC de agentes contaminantes y la ventana abierta con este gobierno no puede cerrarse ante nuestras narices nombrando a un ministro totalmente fuera de nuestro rango de decencia”, opinó por su parte el indignado Basilio Ibarra.
Hasta el momento, Santi no ha soltado prendas sobre las murmuraciones en el MEC, pero tempranamente educadores y padres de familia levantan su punto de vista con relación al próximo ocupante de la importante cartera estatal.
Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) supuestamente comprometidas con la calidad educativa pero que provienen de bases espurias del exterior suman su apoyo a Ramírez, junto con el de agentes mediáticos locales conocidos por la ciudadanía que insisten con obstinación en contar con un ministro “progre”.
“No creo que Santi se deje llevar por esta gente”, señala la indignada Margarita Godoy y expresa su confianza de que el próximo Presidente va a elegir como ministro a una persona no solo capacitada, sino meritoria desde el punto de vista ideológico, que tenga en cuenta el deseo mayoritario del Paraguay de conducir con decencia los destinos de la educación paraguaya.