Nuevo rostro del Gabinete de Santi Peña. Luis Ramírez tratará de encauzar por buen camino el desastre de la educación paraguaya, ante el control permanente de los pro-vida que, por ahora, según dicen, le dan el derecho a la duda. (Foto: La Unión R800-AM).
Pese a severos cuestionamientos hacia sus declaradas inclinaciones globalistas que entre otras perversidades persigue la ideología de género, el gobierno designó esta mañana a Luis Ramírez como nuevo ministro de Educación y Ciencias (MEC), en medio de la expectativa generalizada de organizaciones, docentes y padres de familia pro-vida y pro-familia que durante todo el tiempo de campaña electoral venían clamando por un ministro “saludable”, en el sentido de tener en cuenta la ideología del 90 por ciento de las familias paraguayas que se niegan a aceptar la perversión extranjera empaquetada en atractivos moñitos de “ayuda para mejorar la educación”.
“Evidentemente, pudieron más los argumentos de gente que está detrás de Ramírez, cuyos méritos académicos no se cuestionan pero sí sus inclinaciones torcidas”, opina este miércoles en su sitio social la indignada Alma Soledad Mieres, en consonancia con centenares de padres de familia que expresan preocupación por el destino de la educación paraguaya.
“No sé hasta qué punto pudo haber cambiado la postura ideológica del profesor Ramírez, pero lo cierto es que algo tuvo que haber hecho o dicho para ponerse en línea con los proyectos del nuevo gobierno en materia de transformación educativa bajo el lema Dios, Patria y Familia tan defendida por todos en época de electoralismo”, señala por su lado Zunilda Urdapilleta, quien también se declara pro-vida y pro-familia.
El flamante ministro viene precedido de un fuerte lobby de ONGs internacionales y agentes mediáticos aliados de nuestro país conocidos en todos los ámbitos que tomaron como causa común el nombramiento de Ramírez al frente de la sensible cartera estatal.
Mientras algunos decían que se trataba del candidato con mejor perfil, otros observaban que “si es del agrado de la zurda quiere decir que está mal”.
En medio de la polémica, el nuevo ministro del Gabinete de Peña alegó esta mañana sentirse “feliz” por su nombramiento y seguidamente reconoció la situación de calamidad pública en que se encuentra el sistema educativo paraguayo, comenzando por la necesidad imperiosa de mejorar la infraestructura tecnológica para adecuarse a los nuevos tiempos y galopantes retos.
Se refirió también a la familia, señalando que “juega un papel fundamental” en la sociedad y dentro del sistema de educación nacional, despejando dudas acerca de su nuevo rol y sacándose de encima el estigma de pro-gay.
Al mismo tiempo, Ramírez deja en suspenso la crítica ciudadana hasta nuevo aviso, teniendo presente de que “vamos a seguirle atentamente los pasos y ante el menor traspié vamos a pedirle a Santi que le cambie sin más preámbulo”, recalcó con firmeza Jessica Ortiz, otra mamá preocupada por el futuro de sus hijos escolares, según afirmó.