Dotada de desconocida capacidad para el cargo pero sí de abundante retórica descalificadora contra oponentes, la senadora efrainista denuncia por violencia de género a colegas que le sacan en cara sus delirantes expresiones.

La senadora efrainista Celeste Amarilla vuelve a ser noticia en los medios pero como siempre no para dar a conocer un proyecto de mejor vida para la gente sino para despotricar y lanzar veneno contra oponentes que, según refiere en un diario globalista donde actúa como dueña, cometen contra ella violencia de género.

Amarilla es conocida en el ambiente legislativo como una mujer permanentemente desquiciada con algún tipo de remordimiento y evidentes síntomas de desequilibrio emocional que la llevan en la generalidad de los casos, especialmente en la discusión de temas controvertidos, a un paroxismo sin límites que rayan en el desatino y el disparate.

En esta ocasión no es la excepción porque de nuevo arremete contra quienes considera enemigos, en este caso sus colegas Basilio Núñez, Hermelinda Alvarenga y Dionisio Amarilla, a quienes denuncia por violencia política por razones de género y pide suspensión de 60 días para los acusados.

Amarilla alega conocimiento pleno de las leyes y artículos de protección integral a las mujeres pero no se acuerda del ítem de obligaciones, entre ellas las responsabilidades que le confiere el Estado para el ejercicio de su banca de senadora de la nación, en el sentido de diagramar leyes en beneficio del país y de la gente, algo lejano e impensable en la hoja de ruta de la referente efrainista aliada con el abdismo y los medios globalistas.

Sin pérdida de tiempo, su tradicional contrincante “Bachi” Núñez respondió en su red social que la denuncia de Celeste debe ser rechazada sin mayores trámites porque “vivo de mi dieta como senador de la nación, no tengo licitaciones con el Estado y no vendo almuerzo de cuarta para niños”.

Celeste había admitido en plena sesión haber coimeado para ganar una licitación multimillonaria de almuerzo escolar.

“Muchos coimeaban conmigo”, disparó en gruesos términos tras dirigirse a su correligionario liberal Dionisio Amarilla tras tratarle de “gordo desubicado, no le ataquen al pitbull porque les voy al cuello…” en medio de la tensión reinante a pesar de que este tipo de escándalos es propio de la senadora efrainista.

En febrero del 2021, mediante una investigación del diario La Nación, Celeste Amarilla afirmó hacer vendido sus acciones de la empresa Arcángel SA luego de ganar las internas de su partido “y para no tener problemas”.

Sin embargo, el mismo medio de prensa demostró con documentos que la senadora se quedó atada al negocio (negociado) con el cual amasó una fortuna multimillonaria a costa de los recursos públicos destinados, en este caso, a la alimentación escolar.

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