Mario es señalado por el expresidente Cartes como propiciador del esquema de perversión política basada en el odio y la persecución pero al final cosechó una derrota catastrófica.

Munición de grueso calibre disparó el ex presidente de la República, Horacio Cartes, sobre el anterior titular del Ejecutivo Mario Abdo Benítez, a quien señaló de recurrir a la perversión política y la retórica de odio para tratar de ganar espacio político con la ayuda de los dueños de prensa aliada y de esa manera ganar las elecciones pasadas que le resultaron catastróficamente adversas y encima de ello enfrenta la posibilidad de ir a juicio por delitos comunes tipificados por el Derecho Penal, que establece penas carcelarias entre otras sanciones de peso.

“Mario Abdo Benítez no quería que gane el Partido Colorado”, afirmó Cartes en entrevista con el diario La Nación y tras señalar los problemas que significaba para el movimiento Honor Colorado lidiar con un gobierno en contra dijo contundente que Marito “quería que gane cualquiera, menos el Partido Colorado”, en referencia a la campaña electoralista de cara a las elecciones generales de abril pasado.

En el contexto de la entrevista, el actual titular de la Asociación Nacional Republicana (ANR) sostuvo que Abdo Benítez “hasta el último día (de campaña electoral) estuvo ayudando a la vereda de enfrente, específicamente a Efraín Alegre”, en referencia al presidente del PLRA que cabalgaba montado en un caballo de fantasía guiado por sectores aliados en un frente común por el continuismo.

Cartes fue más allá y metió el dedo en la llaga luego de apuntar que en el deseo enfermizo y cruel de dañar al Partido Colorado incluso dio votos al polémico presidente del movimiento anarquista Cruzada Nacional, Paraguayo (Payo) Cubas, considerado un líder con señales de desequilibrio emocional y conducta impredecible, entre otros problemas de personalidad.

Abdo Benítez no solo hizo pacto político con todos los enemigos del Partido Colorado sino les entregó todos los organismos de control y de seguridad, tiroteó Cartes sin hacer menciones explícitas sobre esas dependencias del Estado que serían la Senad, Seprelad, Senac, etc., cuyos anteriores titulares están en la mira de la denuncia por “persecución política” que investiga el Ministerio Público.

“El propio Petta (Eduardo, ex ministro de Educación de la era Marito), confesó que fueron reclutados para perseguirme”, puntualizó Cartes tras nombrar específicamente a la ex senadora progresista Desirée Masi como una de las receptoras de los organismos de control utilizados para la campaña de injuria, difamaciones y daño intencional entre otros delitos comunes utilizados en el marco de la perversión electoral libero-abdista.

El movimiento cartista ganó de forma aplastante las recientes elecciones a pesar de la campaña de desinformación generada a rajatablas por aliados mediáticos y organismos no gubernamentales interesados en el continuismo y con ello la instalación de un esquema de política pública basada en el globalismo que, a trastienda de los perjuicios a la esencia de la familia y a la soberanía nacional, buscaba los millones de dólares-euros irrigados por los paquetes de ayudas o donaciones cautivas.

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