El propio gobernador de Cordillera, Denis Lichi, es señalado como culpable solidario del descontento contra los dos directores carcelarios. «La promesa de ‘Emboscada para los emboscadeños’ fue una farsa», afirman dirigentes de HC.

Dirigentes autodenominados “de primera hora” de HC de Emboscada con derecho a voz y voto, según afirman, exponen el ambiente de crispación generalizado que reina en el interior del movimiento político debido al “manoseo” de personas extrañas a la ciudad en la penitenciaría nacional ubicada en esa ciudad cordillerana.

“En ningún momento nos dieron participación en el nombramiento de las autoridades de las dos cárceles que existen dentro del recinto penitenciario, algo que no ha ocurrido nunca porque históricamente los cargos de director han sido ocupados por emboscadeños”, disparó este jueves un conocido dirigente de cúpula del movimiento cartista emboscadeño.

Añadió que, para sorpresa mayúscula de quienes han apostado por el gobierno de Santi Peña, personas ajenas a la ciudad y su gente recomendaron el nombramiento de Cristian Ortiz Claverol como director de la cárcel “Padre José Antonio De La Vega” y de Adán González como director de la cárcel contigua a pesar de cargar sobre sus hombros gravísimas denuncias, e incluso imputación, por delitos cometidos en el ejercicio de sus anteriores funciones de directores penitenciarios, manteniendo intactos sus falsos perfiles de aptitud para el ejercicio del cargo.

De acuerdo a denuncias acercadas a La Mira, los discutidos nombramientos vinieron de la mano de Miguel Olmedo, actual viceministro de Salud, quien habría actuado por recomendación explícita de una rosca de “extraños a Emboscada” interesados en los turbios negociados y la corrupción imperantes en las dos cárceles ante la nula reacción del Ministerio de Justicia.

El ministro Ángel Ramón Barchini nada ha hecho para revertir la situación, por lo cual da por validados los decretos de nombramiento del presidente Santi Peña quien, según nuestras fuentes, firmó los documentos a ciegas, confiando en sus colaboradores, especialmente el ministro Barchini.

“Barchini permitió que un extraño al Ministerio de Justicia meta la mano recomendando a los dos directores”, disparó otro dirigente indignado ante lo que considera “injusticia” y además peligro para la población penal porque “cambiaron para no cambiar nada”.

“Lo peor de todo es que la gente de Emboscada se queda afuera, sin posibilidad de acceder a puestos laborales, que por ética le corresponde”, añadió nuestro informante, debidamente identificado que pidió reservas a su nombre.

Entre los “extraños” puestos en el ojo de la tormenta citan a una influyente mujer bautizada como “monje negro” (término utilizado para señalar a una persona que se maneja con sigilo y secretismo como mensajera o sugerente de malas nuevas con el apoyo de su poder e influencia, muy practicado durante la dictadura stronista) quien se maneja como «ministra» y da indicaciones privativas para la institución penal como planes y proyectos de «mejoras» para la población penal, añadió.

Los dirigentes denunciantes señalan que no bajarán los brazos hasta que se haga justicia en la cárcel de Emboscada con el nombramiento de emboscadeños y sostienen que el gobierno debe revertir de forma urgente los nombramientos de ambos directores si pretende que, antes que un reformatorio, la penitenciaría se convierta en una gran plataforma de corrupción y negociados, con todo el perjuicio que esta situación acarrearía a la población penal en particular y a la ciudad de Emboscada en general, manifestaron.

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